Pensándome en lo digital📲

Pensándome en lo digital📲
¿Sientes eso? Es un viernes.

Hay algo especial en los viernes: una oportunidad de cerrar la semana, un espacio para entrar de manera suave e intencional a tu fin de semana, un momento para reflexionar en cómo te has sentido en la semana y bueno, también es el día donde recibes este newsletter en tu bandeja de entrada, que no es coincidencia que te llegue este día (fue requete pensado). Quería que te llegara justo en el cierre de la semana como una oportunidad para detenerte y mirar hacia adentro, y espero que lo estés recibiendo de esa forma. Donde sea que estés hoy, espero que hoy puedas regalarte unos minutos para reflexionar y sentir, y así ir viviendo tu semana de una manera más pausada e intencional.


Muy conectado con la intro de este newsletter, esta semana he estado pensado muchísimo sobre la forma en la que nos movemos digitalmente. No solamente el tipo de contenido que consumimos, sino también los momentos en el día en el que lo hacemos, y cómo estos repercuten en nuestro mundo interno, así como la forma en la que nos relacionamos –con nosotras/os mismas/o y con los demás.

La tecnología (nos) está ganando.

Y he estado pensando en todo esto por dos razones. La primera, es que he estado revisando mis rituales de sueño, en especial alejarme de las pantallas un cierto tiempo antes de dormir. Y la segunda, por interacciones que suelo ver en redes sociales que me sacan de base porque me cuesta humanizar a quienes envían mensajes y comentarios tan poco pensados, lo que hace que me sea difícil generar empatía con ellas y ellos. Y aunque he escrito anteriormente sobre reflexiones digitales (puedes leerla aquí), la de hoy viene con tinte distinto, porque estoy pensando en cómo nuestras relaciones humanas se han visto digitalizadas.

Curiosamente, me tomé unos minutos antes de escribir el newsletter de hoy para re-leer mis apuntes de mi clase de psicoterapia online de la maestría (escritos a mano, por cierto) y así ir haciendo sentido de lo que tengo en mi mente y quiero comunicar. Y te estoy contando de mi proceso de hoy, porque se ve distinto al de las otras ediciones. Normalmente, escribo las ideas de lo que tengo en mente y dejo que mis escritos vayan tomando vida propia. Pero era importante para mí ser intencional con mis reflexiones digitales de hoy y organizarme para escribir. Por un lado, porque es mi palabra del año , pero también porque creo que es un poco contradictorio relacionarse con la tecnología de una manera pensada. Precisamente porque no ha sido construida de esa forma, y es importante para mí empezar a desafiar esto –tanto en la práctica como en la teoría.

Pensemos en TikTok, por ejemplo, una red social que ha sido diseñada para que deslices infinitamente y así ir viendo videitos de 7, 15 y 30 segundos. Y, antes de darte cuenta, ya ha pasado una hora desde que abriste la aplicación (y es justo esto la razón por la cual no puedo usarla justito antes de dormir). Aunque parezca gracioso, no puedo evitar pensar lo que eso le hace a nuestro cerebro –mi amiga Xoch quizás tenga una explicación más científica y profesional que la mía– y más importante aún, lo que le hace a nuestra mente. ¿Cómo nos impacta la inmediatez? ¿Cómo nos impactan los algoritmos a los que les estamos alimentando data diariamente? ¿Cómo impactan en nuestro reconocimiento de nuestra humanidad? ¿Cómo impactan en nuestra capacidad de reflexionar y mirar hacia adentro?

Que alguien llame al 911, porque quiero reportar una bomba de 'verdad'.

Michael Stadter, psicólogo clínico psicodinámico, ideó el término "e-third" (tercera persona digital) para definir lo que estoy describiendo. Según Stadter, un 'e-third' es "la influencia de un objeto electrónico en adición al Self y al otro, que afecta profundamente las subjetividades del individuo." En palabras sencillas, es la forma en la que la tecnología se cuela en nuestro mundo interno y, por ende, en nuestras relaciones. Lo que da lugar a relaciones que son mediadas por el Internet y la tecnología. Y, ¿qué ocurre en estas relaciones? John Suler, psicólogo e investigador especializado en la ciberpsicología, encontró un fenómeno interesante cuando estamos interactuando digitalmente: un efecto de desinhibición online, que se define como la ausencia de restricción que uno/a siente al comunicarse con los demás de manera online en comparación con un formato en persona.

¿Qué ocurre cuando puedo escribirle algo a alguien y no ver el impacto que mis palabras tienen en ella o él? ¿Qué ocurre cuando una pantalla o un nombre falso me 'protegen' de decir lo que sea que pienso sin "consecuencias"? ¿Qué ocurre cuando me desinhibo? ¿Me pienso más o me pienso menos? ¿Qué ocurre cuando al estar tanto tiempo conectado, voy desconectándome de mi humanidad? ¿Me desconecto de la humanidad del otro también? Y, ¿cómo influye esto en mi forma de relacionarme con los demás –en el mundo online y el real?

Estoy pensando en el contexto que estamos viviendo ahora mismo y como a muchas/os no nos queda de otra más que seguir comunicándonos digitalmente, yendo a clases por Zoom, teniendo reuniones por Team o usando los voicenotes de WhatsApp como una línea de vida para mantener a nuestros seres queridos cerquita. Usar la tecnología se ha vuelto en un indispensable en nuestros tiempos, y no lo estoy negando ni diciendo que ahora prescindamos de ellas. Mi pregunta es: ¿a qué costo? ¿Qué ocurre cuando nos damos permiso de parar y pensar? ¿Qué ocurre cuando reflexionamos?

A veces digo, en broma y en serio, que nadie me conoce mejor que el algoritmo de Spotify. Mi mamá escuchó esto y me preguntó el otro día, ¿y eso no te da miedo? Lo que me dejó pensando sobre los algoritmos, cuya definición es "conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema."

Uf.

Ordenados, finitos, y brindas soluciones. En resumen: ofrecen control y garantía. Son números, cálculos y códigos que predicen el problema y lo solucionan. Y son precisamente esas palabras y definiciones la antítesis de nuestra humanidad y vulnerabilidad. La vulnerabilidad es "exposición emocional, riesgo e incertidumbre", y es el corazón de nuestras relaciones humanas. La vulnerabilidad no es ordenada, ni finita, ni brinda soluciones, ni controla ni ofrece garantía. ¿Dónde queda esta vulnerabilidad en un espacio digital controlado, entonces? Creo que a veces cuando estamos mucho tiempo en redes o relacionándonos en un espacio lleno de códigos y cálculos, se nos olvida que no hay códigos en el plano relacional.

Aunque nos estemos relacionando con códigos binarios en la tecnología, las relaciones humanas no son binarias. Al contrario, las relaciones humanas son ricas, complejas, impredecibles, confusas, enmarañadas, y con múltiples capas y texturas. Y que perjudicial es para nuestra propia humanidad relacionarnos con otra personas de una manera tan unidimensional. Como otro de los sabios apuntes que volví a revisar me recordó: "las relaciones humanas son un acto de imaginación así como un acto de descubrimiento." Para conectarme emocionalmente con alguien más, primero debo imaginar la experiencia emocional del otro. Y, solo desde ese primer paso puedo ir descubriendo. Y para darle la bienvenida a estas dos cualidades –imaginación y descubrimiento– tenemos que abrirnos a la curiosidad y al no saber: el opuesto de lo que hace un algoritmo.

Me he preguntado mucho qué hay acerca de este espacio digital de mi newsletter que me cautiva y me encanta tanto. Y, creo que mucho se debe al nivel de intimidad emocional que hay aquí. No solamente los niveles de profundidad que puedo explorar en mis escritos, sino también los niveles de profundidad de las respuestas que recibo en mi correo. Relacional. Ahí está. La razón por la cual este espacio se siente tan especial, es precisamente porque siento que hay una conexión humana –aún en el plano digital. En los mensajes que recibo, se hace evidente cómo hay imaginación y descubrimiento, a la par.

Las respuestas que recibo están llenas de emociones, de recuerdos, y de experiencias. Muchas/os de quienes me leen permiten que el contenido que comparto toque fibras emocionales, y me lo comparten. Y en esa breve interacción –aunque esté en un espacio binario– nos recordamos que somos humanas/os. Nos permitimos humanizarnos muchísimo, imagino que tanto Uds. a mi, así como yo a Uds. Y es precisamente esa humanización lo que da apertura a esa intimidad emocional y relacional que muchas veces experimento aquí.  

Mi intención con esta reflexión no es demonizar las redes sociales ni la tecnología ni las aplicaciones –creo que sería injusto de mi parte hacer esto, cuando precisamente me estás leyendo gracias a ella. Mi intención es rescatar nuestra capacidad de pensar(nos) mientras nos relacionamos en los planos digitales: con nuestras/os amigas/os, nuestras parejas, nuestras familias, nuestras/os compañeras/os de trabajo, nuestras/os colaboradores, y así un sinfín de relaciones humanas que son parte de nuestro día a día. Que no se nos olvide habitarnos en nuestro cuerpo mientras navegamos los planos digitales y tecnológicos, y en esa experiencia de cuerpo completo, ir conectándonos con cómo nos sentimos y curioseando nuestro mundo interno. Desafiando el estado de 'no pensar' al que muchos avances tecnológicos nos quieren llevar, y tener a nuestra mente en mente. Tal y como leí en uno de mis apuntes:

"No es lo que ocurre online, pero lo que me ocurre online"

Mi gentil recorderis para el día de hoy:

"Todo depende de lo que haces con ello." - @haleydrewthis

Recorderis que nuestro 'Acompañar' de este mes será una sesión de journalling el sábado 19 de febrero a las 9:30 AM por Zoom. Estaremos usando la película 'Encanto' para sumergirnos en nuestro mundo interno. No quiero terminar dando spoilers (que ya sabes que a veces soy –sin querer queriendo– la reina de los spoilers), pero te doy un anticipo que estaremos usando la casa Madrigal y a sus habitantes como una metáfora de nuestro mundo interno...

¿Te intriga saber cómo? Pues, actualiza tu membresía para ser parte de este espacio tan lindo y especial. ¡Te espero!


Quizás alineado un poco con lo que he conversado (o no), mi recomendación de hoy es un episodio del podcast de NPR's Life Kit que habla sobre lo rica que puede ser una vida ordinaria. Hay algo sumamente atractivo para mí en una vida más sencilla, más intencional, más pausada, y si a ti también te resuena esto, este episodio podría gustarte. ¡Me cuentas si lo escuchas!

Haz clic abajo para encontrarlo.


Para escribir en tu journal:

  1. ¿Qué me pasa digitalmente?
  2. ¿Cómo impacta la tecnología mi forma de relacionarme conmigo?
  3. ¿Cómo impacta la tecnología mi forma de relacionarme con otros?

Y con estos últimos pensamientos me despido por hoy.

Fin.

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¡Espero que tengas un lindo fin de semana!

Un abrazo,

Mariana♥️

Mariana Plata Rovetto

Mariana Plata Rovetto

Psicoterapeuta y educadora. Con la profunda misión e intención de facilitar el hacer sentido de nuestro mundo interno.
Panama