El embudo interno🍶

El embudo interno🍶

Siempre se siente muy especial y diferente regresar a este espacio. Me he encontrado un poco desorientada, volviendo a reincorporarme en este hábito de escribir semanalmente estos newsletters. Las pausas –como bien lo identificó una lectora y participante de Acompañar muy querida, en un correo reciente– son necesarias para recargar mis baterías creativas, abrir perspectiva y volver al adentro. Y aunque soy fanática de navegar el mundo interno, también reconozco que es importante tomarnos descansos para seguir protegiendo el proceso de descubrimiento emocional. Agradecidísima siempre de que estés aquí y muy ilusionada por los regalitos creativos que me ha dejado esta pausa –¡y que me ilusiona muchísimo compartir contigo muy pronto!

Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.

¿Te parece si iniciamos con la reflexión de hoy?


Durante el descanso del newsletter, apareció en mí una imagen visual para hacer sentido sobre el fenómeno del mundo interno. Quizás un poco alineado con la última edición del news antes de la pausa –pensando en la forma y el fondo– he estado pensando mucho sobre cómo a veces las palabras, los gestos, y las actitudes que percibimos del afuera se transforman en el algo diferente en el adentro. Casi como si pasaran por un embudo interno que les da un significado distinto.

Como suele pasar, me fui a a la definición de embudo para intentar plasmar mi reflexión de la manera más clara posible, y lo que encontré es lo siguiente:

Un embudo es un instrumento empleado para canalizar líquidos y materiales granulares en otro recipiente. Su uso evita que haya un derrame del líquido al moverlo de un envase a otro.

Palabras o frases que inmediatamente me saltan a la vista:

  • Canalizar
  • Evita derrames
  • Facilita el movimiento de un envase a otro

Uds. saben que me encanta tomar objetos cotidianos y darles algún sentido emocional, y creo que esas tres frases/palabras que me saltaron a la vista empiezan a explicar el concepto de "embudo interno" que deseo reflexionar con Uds. el día de hoy.

Nuestras vidas se construyen en base a nuestra relación con las demás personas. En esas relaciones, estamos constantemente interactuando y comunicándonos. Percibimos gestos, escuchamos frases, y observamos comportamientos y conductas con las que nos vamos guiando para seguir interactuando. Muchas veces, esos gestos/frases/conductas se perciben desde un lugar claro –donde logramos identificar de dónde vienen, y el emisor y receptor de dicho mensaje (ya sea hablado o no) se pueden separar y diferenciar, precisamente para no contaminar el mensaje. Pero, pasan otros momentos, donde esos mensajes quedan obstruidos o incluso se "derraman" las intenciones, dificultando nuestra capacidad de poder ubicar o identificar de dónde viene el mensaje.

¿A qué me refiero con esto? Cuando nuestro "embudo interno" está lo suficientemente "destapado" como para facilitar el tránsito de un mensaje del mundo externo al mundo interno, podemos reconocer la intención de ese mensaje –e incluso identificar el contexto de la persona de donde viene ese mensaje, para localizar el fondo. De manera opuesta, cuando nuestro "embudo interno" está "obstruido" u "obstaculizado", el mensaje (ese gesto/frase/conducta) se puede percibir e interpretar de una manera errónea –quizás, adjudicándole un significado de nuestro propio mundo interno, que no tiene nada que ver con el contexto de donde salió el mensaje o de la persona que lo está expresando.

En palabras sencillas: cuando el "embudo interno" está despejado, los mensajes fluyen con mucha más facilidad entre el mundo externo y mundo interno –y me atrevería a decir que hasta entre dos mundos internos que se están comunicando entre sí; pero, cuando el "embudo interno" está obstruido, los mensajes se atascan, transforman, derraman, conglomeran e incluso se tergiversan porque se entremezclan aspectos de nuestro propio mundo interno que le dan un significado –usualmente contaminado– a ese gesto/frase/conducta que emerge del mundo externo.

Me preocupa no estarme explicando de la manera en la que quisiera, así que procederé a ilustrar con algunos ejemplos a lo que me refiero.

Qué imagino ocurre cuando nuestro "embudo interno" está obstruido:

  • Los gestos no verbales que percibimos del afuera se reciben desde un lugar absoluto, dejando poco espacio para la posibilidad y lenguaje tentativo de "quizás" o "podría ser". (Por ejemplo: "fulanita no me saludó porque está brava conmigo" –dándole a un gesto un significado absoluto y tergiversado, de algo que realmente desonocemos).
  • La retroalimentación que escuchamos del afuera se recibe mucho más severa y punitiva de lo que originalmente salió. (Por ejemplo: cuando alguien nos muestra una oportunidad de crecimiento –y se cuida de hacerlo de una forma compasiva y amable, protegiendo la forma– pero, aún así, nos sentimos avergonzadas/os o culpables del "error" que cometimos).
  • Los Instagram stories o tweets que vemos de otras personas se reciben desde un lugar personal. (Por ejemplo: asumir que una publicación alude a algo personal que está pasando con nosotras/os, cuando en realidad desconocemos la intención de la otra persona en compartir dicho contenido).

Por el otro lado, lo que imagino ocurre cuando nuestro "embudo interno" está despejado es que abrimos un espacio para la posibilidad, y así vamos transformando las frases para que suenen un poco así:

  • "Quizás, fulanita no me saludó porque no me vió..."
  • "Esta retroalimentación que me ofrecen, sobre mis áreas de crecimiento, no necesariamente invalidan todas las otras fortalezas y esfuerzos sanos y positivos que también son parte del trabajo que hago"
  • "Quizás, esta publicación habla sobre el mundo interno de la persona que lo compartió, y no necesariamente tiene algo que ver conmigo..."
El poder del "quizás"

La construcción y fortalecimiento de estos "embudos internos" –cómo transforman las interacciones del afuera, con cuánta facilidad se obstruyen, y el tipo de mensajes que canalizan más fácilmente que otros– se van creando a lo largo de nuestra vida. Los mensajes que recibimos mientras crecíamos y que quizás volvimos a escuchar en nuestra adultez, o el tipo de ambiente en el que crecimos pudiesen ser factores importantes en la calidad de los "embudos internos" que tenemos. Y, la realidad, es que todas y todos los tenemos.

Por esta razón, la intención de la reflexión de hoy no es demonizar estos "embudos internos" ni emitir juicio, ni culpa, ni vergüenza acerca de cómo fueron creándose. La intención de la reflexión de hoy es invitarte a pensar en cómo funciona tu propio "embudo interno" y a curiosear sobre el mismo: ¿Los mensajes del mundo externo y de mis relaciones fluyen con facilidad o se obstruyen? ¿Puedo identificar estos dos escenarios en mí misma/o? ¿Qué influye en la facilidad u obstrucción de mi "embudo interno"? ¿Cómo se transforman los mensajes cuando mi "embudo interno" está obstaculizado? ¿Qué me ayuda a despejarlo para que no se tergiverse o "derrame" el mundo interno de otra persona en el mío?

Sé que no son preguntas fáciles y no espero que las contestes todas en este momento. Es más, hay algunas para las que quizás no tengamos respuestas todavía –y no pasa nada. Pero, si con este newsletter logro que podamos abrir el espacio para pensar en estos fenómenos y cómo aparecen en nuestras vidas –mi trabajo aquí está hecho. Si te animas, al final de este newsletter (como en todos) te he dejado algunas preguntas de reflexión con las que puedes hacer journalling y seguir pensando –desde un lugar amoroso, compasivo, curioso y libre de juicios.

Mi gentil recorderis para el día de hoy:

"la energía fluye hacia donde se va la intención" - @james.sebastiano

Si necesitas un epi para seguir pensando y reflexionando sobre el tema:

E057: ¿Cómo ser más conscientes de nosotras/os mismas/os?


Hablemos sobre la empatía

Esta semana he estado jugando un poquito con TikTok, y compartiendo ese proceso en Instagram, también. Fue súper lindo (y me causó asombro) ver que el videito que les subí resonó en muchas/os de Uds. La empatía es uno de esos temas a los que sigo regresando y de los cuales sigo reaprendiendo tanto, que no me deja de sorprender que aún no sea una asignatura obligatoria en las escuelas.

Hasta que eso ocurra, me tomaré esta responsabilidad en mis propias manos y seguiré dirigiendo mis esfuerzos hacia la enseñanza de esta habilidad TAN importante. Y, si tu interés está en trabajar en esto cuanto antes, ¡te tengo una excelente noticia! Precisamente sobre esto será nuestro próximo espacio de Acompañar, el club de journalling mensual que facilito y guío:

Si quieres saber cómo es el espacio de Acompañar y qué esperar, puedes hacer clic aquí. Y, si estás lista/o para actualizar tu membresía y ser parte de nuestro espacio, puedes hacer clic abajo. ¡Te esperamos!


Daisy Jones & The Six (2023)

Sé que me he leído un gran libro cuando el mismo me deja con esta sensación de tristeza porque se acabó, o cuando me encuentro fantaseando con lo que estarán haciendo los personajes –incluso semanas (o hasta meses) después de terminar el libro. Esto fue justamente lo que me pasó cuando me leí Daisy Jones & The Six a finales del 2020, una novela ficticia ambientada en los 70s que explora los altibajos emocionales de una banda de rock inspirada en Fleetwood Mac (ya entendemos porque me enganché, ¿no?).

No sé cómo lo hizo Taylor Jenkins Reid, la autora del libro, pero cuando lo terminé se me olvidó que era una banda ficticia –tanto así que sin pensarlo busqué su música en Spotify, solo para confrontarme con el hecho de que no existía... hasta que la casa productora de Reese Witherspoon decidió darle vida a la historia y sus personajes. Me vi toda la serie a lo largo de este mes de descanso y estoy casi segura que su álbum Aurora va a salir como mi álbum más reproducido en el Spotify Wrapped de este año.

¡Recomendadísima! Disponible en Amazon Prime.

¿PsychGPT?

Con toda esta conversación alrededor de Chat GPT, es inevitable que el rubro de la salud mental no sea parte de estos experimentos –especialmente cuando el valor económico de la industria de bienestar sigue creciendo cada vez más (por ende, más oportunidades de invertir y automatizar procesos para capitalizar sobre ellos, pero eso es para otro newsletter 😉). Este artículo de The New Yorker habla sobre los avances que han hecho los especialistas en inteligencia artificial en las carreras de salud mental –especialmente, la terapia.

Como terapeuta, siento mucha resistencia en leer e investigar sobre estos temas –creo que porque me frustra la rapidez e inmediatez de estos avances, y el poco espacio que queda para pensar en sus riesgos– y es precisamente por eso que es importante informarme sobre lo que ocurre y, más importante aún, cómo aterriza en los usuarios de salud mental. De no hacerlo, no podría experimentar el asombro –por ejemplo– que sentí cuando leí que una usuaria describió su experiencia con un bot de salud mental como: "supe que estaba hablando con una computadora, pero de una forma que no me molestaba... el app se volvió un vehículo para que yo pudiera articular y examinar mis propios pensamientos, estaba hablando conmigo misma."

Definitivamente algo para pensar y pensar y pensar... con nuestras mentes y no con Chat GPT. Puedes leer el artículo completo haciendo clic abajo.

♥️Amorcito que recibe Adentro♥️

Gracias por darnos un poquito de tu luz.

-YR

Para escribir en tu journal:

  1. ¿Qué suele ocurrir en tu "embudo interno"?
  2. ¿Cómo se transforman las experiencias del afuera?
  3. ¿Cómo te sientes pensando sobre ello?

Y con estos últimos pensamientos me despido por hoy.

¿Qué te pareció este newsletter? ¡Responde a este correo y cuéntame!

Reenvíaselo a alguien a quien quieras invitar a pensar sobre su "embudo interno".

Si eres nueva/o y quieres leer newsletters pasados, haz clic aquí.

Si estás visitando, recuerda suscribirte aquí.

Un abrazo,

Mariana♥️

Mariana Plata Rovetto

Mariana Plata Rovetto

Psicoterapeuta y educadora. Con la profunda misión e intención de facilitar el hacer sentido de nuestro mundo interno.
Panama