Mis raíces son profundas🪴
¿Qué tal ha estado tu semana? ¿También has sentido el efecto de otoño en tu mundo interno? ¿La invitación a cambiar, a soltar, y a reincorporar? ¿Cómo te estás despidiendo de septiembre y recibiendo a octubre? Como sea que estés navegando esta semana, te ofrezco lo siguiente: a veces, nos podemos dejar tentar por la angustia de lo que "aún falta" –de lo que "aún no se ha dado" o "aún no ha llegado"– que nos puede cegar de reconocer y honrar lo que está aquí.
Espero que, como sea que estés navegando la transición de un mes que termina y otro que empieza, te puedas extender presencia para reconocer lo que hay. Quizás hasta abrir espacio para la gratitud de lo que hoy en día tienes, que en algún momento fue lo que "aún falta".
El news de hoy es una reflexión sobre mi forma de echar raíces:
- 🪴Reflexiono sobre los descubrimientos que he tenido sobre mis raíces
- 📓Te extiendo una invitación especial para el acompañar de mañana
- 📰Te comparto el artículo, serie y epi del podcast recomendados de esta semana
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
Poco antes de mi última mudanza, tuve cita con mi terapeuta. Entre las cajas a medio llenar de libros y adornos en mi oficina, escribí en mi journal antes de nuestra sesión. En esa entrada, exploré cómo se estaba sintiendo para mí el proceso de mudanza. Reconocí que estaba en duelo y también aliviada, lo que hizo que me diera cuenta que esta sería mi sexta mudanza en los últimos cinco años –y lo que espero que sea la última por un ratito.
Me recordó a un día de abril en el 2021 en Edimburgo, cuando le comenté a esa misma terapeuta: "estoy lista para echar raíces." Similar a la Mariana del 2023, había una parte mía que reconocía que ha estado en movimiento desde hace varios años, y a quien ya no le hacía sentido eso. Que ya no quería estar postergando el acto de "echar raíces" por nuevos espacios, metas y deseos que iban apareciendo. Ese día de abril, reconocí –por primera vez en un largo tiempo– que ansiaba detenerme lo suficiente en un lugar como para enraizarme. Y este año puse en marcha un plan para honrar ese deseo.
Cuando le compartí a mi terapeuta que me estaba sintiendo en duelo y aliviada sobre mi sexta mudanza, me miró con ojos de curiosidad y ternura, se sonrió dulcemente y me dijo, "cuéntame más." "Bueno," le respondí, "es difícil dejar ir un espacio al que le he metido tanto cariño, pero desde siempre supe que era un espacio en transición, no sé por qué me está costando tanto dejarlo ir." Solté algunas lágrimas mientras le admitía lo contradictorio de mis emociones; mientras me admitía a mí misma lo contradictorio de mis emociones. "Lo que pasa, Mari," empezó a contestarme en ese tono dulce y suave que le caracteriza, "es que tu echas raíces donde vayas, y son tan profundas que transforman los lugares y las personas donde llegan; luego, cuando te vas, te toca recoger todas esas raíces y replantarlas en otro lugar, hace sentido que se sienta tan difícil."
Su interpretación me movió en más maneras de las que puedo expresar ahora mismo. Nunca había pensado que cargo raíces conmigo y las voy echando donde vaya. Nunca lo había pensado, pero me hacía todo el sentido del mundo. Sin importar en los últimos lugares físicos en los que he estado "en transición", cada uno ha sido profundamente especial y transformador, porque cada uno ha sido habitado por mis raíces profundas.
Yo no sé quedarme en la orillita, he escrito anteriormente sobre ello. No sé cómo no sumergirme en mi mundo interno, en mis emociones, y en mis pensamientos. No sé cómo mirarme si no es desde la profundidad, no sé cómo mirar mis experiencias de vida "desde la orillita". Cuando pienso en esto, aún más sentido me hace esto de las raíces profundas que me comentó mi terapeuta. No sé hacer las cosas a medias –ni siquiera ocupar espacios en transición.
Por pura serendipia (o no), durante esa época de preparación para mi mudanza, me leí una memoria escrita por la autora May Sarton –a quien recientemente descubrí gracias a mis amigos Gaby y Luis, de quienes heredé una partecita de su mágica biblioteca hace algunos meses en una rifa– casualmente llamada "Anhelo de raíces". En el libro, Sarton narra la historia de cómo a sus 46 años compró su primera casa, y su experiencia vivida de transformar su casa en un hogar.
Nota de la autora: debo confesar que el título fue lo que me atrapó, porque pensé mucho en el deseo que reconocí en el 2019. Pero, jamás me imaginé que me hablaría de una manera tan directa, a todas las emociones que estuve sintiendo en esta reciente mudanza.
Basta con decir que este era el libro que necesitaba leer en ese momento. Pero, hay una frase en particular que me movió y me hizo resignificar eso que había estado rondando en mi mente desde hace varios años sobre el acto de "echar raíces":
"En aquel primer fin de semana establecí el rito de la cena. Cuando me sentara a la mesa, tenía que haber flores; debía haber una botella de vino y que la mesa estuviera puesta con esmero, como por el mejor sirviente. Un libro abierto para poder leer, el equivalente a la conversación civilizada para un solitario. Todo estaba preparado como para recibir a un invitado y el invitado de la casa iba a ser yo." - Anhelo de raíces de May Sarton
Nunca antes había pensado en que echar raíces, profundas y transformadoras como las que me he dado cuenta que suelo traer a mis espacios, estuviera tan conectado con la cotidianeidad. Esas palabras de May Sarton resonaron tanto en mí, porque me reconocí en ellas. Reconocí mi deseo de hacer mágico lo cotidiano; reconocí mi deseo de honrar mi vena experiencial de hacer de un ritual hasta el café diario matutino; y reconocí mi miedo de dejar ir los espacios que me habían brindado la oportunidad de hacer esto. Pero, también reconocí que ese enraizamiento no me lo dan los lugares ni los espacios físicos, quien hace que esos lugares se sientan enraizados soy yo; por ende, el acto de "echar raíces" es completamente mío.
No estoy segura hacia donde va la reflexión de hoy, simplemente abrí mi computadora y esta era la historia que tenía ganas de salir: mi historia con mis raíces. Ahora que lo escribo, noto que también he enraizado en este espacio digital. Hay algo en la relación que he construido contigo, que va transformando este newsletter constantemente. Pienso en lo difícil que se me hizo des-enraizarme de aquí, el miedo de no saber si podría enraizar de nuevo. Y henos aquí. Con un estilo algo diferente, pero con mi misma presencia.
Creo que quizás esa es la intención de la reflexión de hoy, repensar eso de "echar raíces", para que sea menos sobre algo físico, concreto y material, y más sobre algo interno, profundo y vivido. Supongo que enraizarnos en el afuera viene de enraizarnos en el adentro. Echar raíces en espacios físicos es posible por la experiencia de echar raíces en espacios internos. Y la forma como lo hacemos, se refleja en ambos. En mi caso, hoy hago las paces con que mi forma de echar raíces es profunda y transformadora; me abro al reto que eso supone cuando me toca trasladar esas raíces a otros lugares/experiencias/relaciones, y también me abro a la belleza que florece a partir de mi forma tan única de echar raíces.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
¡Último día para participar en nuestra sesión en vivo!
Mañana es nuestra sesión en vivo de acompañar, donde abriremos el espacio para pensar, reflexionar, cuestionar, curiosear y compartir qué significa vivir en integridad para cada una y cada uno de las/os participantes. En otras palabras: ¡tienes hasta hoy para inscribirte si quieres participar del mismo!
He diseñado una sesión que busca invitarte (e invitarme) a:
- pensar sobre nuestros valores y prioridades
- pensar sobre nuestros negociables y no negociables
- pensar en cómo aparecen en distintas áreas de nuestras vidas.
A través de mi guía, una sesión de journaling dirigida y un espacio reflexivo comunitario, es mi deseo facilitar el espacio para que puedas fantasear con lo que significa vivir en integridad para ti.
Si quieres conocer más sobre acompañar, haz clic acá. Y si estás lista/o para descubrir eso conmigo, haz clic abajo. ¡Te espero!
Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Teatro
Un elefante en la habitación (Premio Ricardo Miró 2022)
Hace algunos meses, tuve el honor de ser invitada a brindarle una asesoría de salud mental al elenco de la obra de teatro "Un elefante en la habitación", escrita y dirigida por mi querido amigo Roberto Thomas-Díaz. La obra ganó el prestigioso premio Ricardo Miró en la categoría de teatro el año pasado, y explora el complejo y devastador sistema público de salud que hay en Panamá.
Los personajes que Roberto ha creado son complejos y multidimensionales (de esos que me fascinan), y conocerles me produjo emociones mixtas: empatía, enojo, frustración, tristeza, decepción, y hasta culpa. Estoy convencida que esta es una obra que todas las panameñas y todos los panameños tenemos que ir a ver. Estará pocos días en el Teatro Anita Villalaz; si pueden, les invito a que separen el tiempo para permitirse ser movidas/os y transformadas/os por estas historias.
Series
Sex Education (2023)
Ya terminé de ver la cuarta y última temporada de Sex Education y tuve emociones encontradas. Siento que intentaron "aprovechar" que era la última temporada y metieron todas las historias diversas que pudieron. Lo positivo de hacer esto, es que crean consciente en el público sobre las diversas realidades y problemáticas que pueden existir en el mundo. El riesgo, es que muchas veces las historias quedan algo unidimensionales –como creo que pasó con muchos de los personajes.
Sin embargo, me pareció importante recomendarla, porque hay pocas representaciones mediáticas sobre la diversidad de experiencias humanas –en el plano de lo sexual, pero también en el plano de lo relacional– y, solo por eso, creo que es una serie que merece ser vista hasta el final.
Disponible en Netflix.
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♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
Guardé tu newsletter para una tempestuosa noche de otoño y fue perfecta. ¡Sonreí todo el tiempo leyéndote!
-MA
Para escribir en tu journal:
- ¿Qué significa para ti echar raíces?
- ¿Cómo se ha sentido esta experiencia a lo largo de tu vida?
Y con estos últimos pensamientos me despido por hoy.
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Un abrazo,
Mariana♥️
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