Los moretones emocionales🥴
Y, ¡feliz Midnights Release Album Day para quienes lo celebramos! Para quienes no tienen idea de qué estoy hablando: Taylor Swift lanzó su álbum Midnights hoy. Un álbum que, según ella, narra la historia de 13 noches en vela que atravesó a lo largo de su vida. Confieso que no siempre he sido una "Swiftie", pero su álbum folklore no solo es uno de mis álbumes favoritos, sino que fue mi álbum ancla de pandemia por lo que guarda un recuerdo muy especial. Desde entonces, he seguido su música más de cerquita, por lo que –evidentemente– ¡estoy súper emocionada por su álbum nuevo hoy! Ya sea que acompañes tu día con Midnights, o no, te deseo un lindo día y un fin de semana tranquilo, con espacios de ocio y descanso.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición, ¿te parece si iniciamos con la reflexión de hoy?
Una de las consecuencias de ser una persona con poca inteligencia espacial es mi predisposición a ser un poco torpe, chocarme con las cosas y amanecer –con más frecuencia de la que me gustaría admitir– con moretones. Una vez escuché de una profesora que tener poca inteligencia espacial no es poco común en las y los profesionales de salud mental. Su teoría es que como estamos tan enfocadas y enfocados en nuestro mundo interno (¡aló, este newsletter se llama 'Adentro'!), es posible que a veces se nos olvide prestar atención al afuera. Si esto es cierto o no, no lo sé, pero le da sentido a mi torpeza así que aquí me encuentro repitiéndolo.
La sensación de tener un moretón es curiosa, porque pueden pasar varios cosas:
- si el moretón no es visible, puede ser que te olvides de él y, sin querer queriendo, te termines rozando o golpeando levemente justo donde está resentido, lo que te recuerda que hay un moretón –porque duele;
- si el moretón es visible, puede ser que seas un poco más cuidadosa o cuidadoso con el mismo, monitorear su evolución para ver cómo se va sanando, e incluso presionarlo levemente para determinar si todavía duele como antes o ahora duele un poco menos.
Y, pensando en la forma en la que nos relacionamos con nuestros moretones físicos, me hizo pensar en si es posible tener moretones emocionales. ¿Cómo nos relacionamos con los mismos? ¿Por qué pudiesen aparecer? ¿Cómo se pudiesen manifestar? ¿Qué tan anuentes somos de estos moretones? ¿Cómo podemos monitorearlos? Y, ¿cómo podemos cuidarlos para que el dolor se vaya minimizando?
Sí, yo sé, muchas preguntas, pero si te quedas leyendo espero poder empezar a responderlas contigo.
Imagino que un moretón emocional, muy similar a uno físico, ocurre después de un golpe. Si buen puede ser un golpe auto-infligido por torpeza e ignorancia (como me suele pasar), también pudiese ser un golpe provocado por alguien más –y eso, incluso, puede ser intencional o sin querer. Quiero reconocer que hay distintas razones por las cuales pueden aparecer los moretones emocionales, pero para propósitos del newsletter de hoy, más que las causas de un moretón emocional, me gustaría hablar sobre la experiencia de tener un moretón emocional. Quizás, para así, empezar a determinar cómo cuidarlo.
Una de las principales tareas de la terapia es hacer las paces con que nuestros cuidadores primarios son seres humanos. Como tal, hacen el mejor trabajo que pueden con las herramientas que tienen (E004 de mi podcast, por cierto). Lo cual significa, también, que pudiesen existir algunas ocasiones donde nos lastiman –porque somos seres humanos, y aunque nuestras intenciones pudiesen estar en un buen lugar, a veces lastimamos sin querer queriendo.
Imagino que mientras más temprano ocurren estas heridas, más profundo se va haciendo ese moretón. Y, ya sea por cuánto tiempo ha pasado o por cuán no visible es, se nos va olvidando que está ahí. Incluso, me atrevería a decir que mientras más temprano se va formando el moretón, menos lenguaje + vocabulario + capacidad tenemos disponible para ir nombrándolo y reconociéndolo –por lo cual, no resulta sorprendente suponer que el mismo vaya pasando desapercibido.
Hasta que no.
El tema con los moretones emocionales, es que a veces interacciones diarias que por sí solas podrían no significar nada, a veces terminan presionando un moretón emocional que tiene un buen rato en el mundo interno. ¿Cómo imagino que se ven estas interacciones diarias?
- Una mensaje que se percibió como seco o frío.
- Una mirada que no se pudo descifrar.
- Una disculpa que no se recibió de la manera que se esperaba.
- Un silencio que termina evocando mucha ansiedad.
Con estas interacciones, por nombrar algunas, nuestros moretones emocionales –producto de esas heridas tempranas– pudiesen finalmente sentirse. Y eso, puede ser doloroso, confuso e incluso tomarnos por sorpresa. Como somos seres humanos, nuestro primer instinto podría ser querer protegernos de estos moretones emocionales, y quizás pretender que no son tan graves o aguantar el dolor o intentar ignorar que están ahí. Pero, a la larga, esto no funciona. Porque es solo a través del cuidado meticuloso de un moretón –monitorearlo, ponerle cremita, cuidarse de no agravarlo más– que el mismo se va disipando.
Como mencioné anteriormente, a veces las cosas más "insignificantes" (quizás para nuestro consciente, porque para nuestro inconsciente son bien importantes y por eso nos duelen) nos recuerdan que tenemos estos moretones emocionales. Entonces, mi invitación no se trata de evitar que ocurran o cuidarnos de sobremanera como para no sentirlos. Parte de estar en relación con otros seres humanos y de entrar con vulnerabilidad a estas relaciones, con un corazón abierto y dispuesto, significa correr el riesgo que quizás algunos moretones emocionales se vuelvan más visibles y notorios.
Mi invitación es la siguiente: prestar atención a los moretones emocionales que van emergiendo. Reconocer que algo nos está doliendo, e intentar ser lo suficientemente auto-compasivas y auto-compasivos en nuestra curiosidad para ir explorando de dónde viene ese golpe o esa herida. Quizás, haciendo esto podemos también extenderle más empatía y compasión a los moretones emocionales de nuestros seres queridos, también, y caminar con un poco más de paciencia en esas relaciones. Porque es solo a través del reconocimiento de un dolor emocional que podemos ir trazando un camino hacia aquello que nos va sanando –con el tiempo y el cuidado que sea necesario.
Tal y como dice John Mayer en la canción que compartí como el acompañamiento emocional de hoy:
(I'm in repair
I'm not together, but I'm getting there)
Estoy en reparación
Quizás no estoy completamente sanado, pero estoy en camino.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
Si necesitas un epi para seguir pensando y reflexionando sobre el tema:
E030: ¿Cómo nutrir a mi niña o niño interior?
¿Quieres reflexionar sobre las amistades de tu vida?
Quizás el espacio de Acompañar de mañana sea el indicado para ti. Por alguna razón, nuestras relaciones platónicas (aquellas donde nuestro interés es afectivo, y no necesariamente romántico) han quedado relegadas en el nivel de prioridades del ser humano. Le prestamos muchísima atención a nuestras relaciones románticas (lo cual sin duda es importante), pero minimizamos el impacto de nuestras amistades en nuestra vida y en nuestra salud mental –cuando muchas veces, por periodos de nuestra vida, han ocupado un espacio y un lugar mucho más importante y más grande.
En nuestra sesión de journalling de este mes, estaremos reflexionando precisamente sobre esto: nuestras amistades. Estaremos mirando y hacia adentro con preguntas como:
- ¿Cómo se ve una amistad sana para mí?
- ¿Qué necesidades emocionales tengo de mis amistades?
- ¿Cómo cuido esas relaciones y cómo esas relaciones me cuidan a mí?
Si algo de esto resuena contigo, creo que nuestra sesión puede ser útil para ti:
¿Qué mas necesitas saber?
Para participar, solo necesitas actualizar tu membresía para que seas parte de Acompañar ($10 al mes o $100 anuales –estoy aceptando Transferencia Bancaria solo para el plan anual, si estás en Panamá).
Si tienes cualquier duda, pregunta o curiosidad sobre Acompañar, siéntete en plena confianza de enviarme un correito por acá. ¡Te espero por allá!
¿Estás atravesando una crisis existencial?
Esta semana participé en un panel de salud mental organizado por la Embajada Británica y la Universidad Católica Santa María la Antigua. Junto a Álvaro Gómez Prado y Luis Santos, abrimos un espacio para pensar sobre cómo la pandemia ha impactado nuestra salud mental. Fue muy emocionante, conmovedor y lindo hacer sentido colectivo de esta experiencia tan transformadora.
Durante el panel, conversamos un poco sobre cómo la pandemia ha acelerado algunas crisis existenciales en muchas y muchos. Las crisis son parte de nuestra travesía humana, pero pareciera que la pandemia le ha puesto una lupa a muchas de estas, lo cual se puede sentir aterrador. Escuché este episodio de NPR Life Kit recientemente, y me parece que es un buen primer paso para empezar a pensar sobre esta crisis desde una perspectiva diferente.
Haz clic abajo para escucharlo:
♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
Madre mía pero esto es una belleza.
Que bonito Mariana.
-Adriana R.
Para escribir en tu journal:
- ¿Conoces alguno de tus moretones emocionales?
- ¿Cómo otras personas te recuerdan que está ahí?
- ¿Cómo se siente pensar en los moretones emocionales?
Y con estos últimos pensamientos me despido por hoy.
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¡Espero que tengas un lindo fin de semana!
Un abrazo,
Mariana♥️
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