El McDonald's interno🍟

adentro es un newsletter semanal gratuito donde comparto reflexiones, curiosidades, sensaciones y emociones que han estado rondando en mi mente –con la esperanza de evocar una chispa reflexiva en ti, también. Si leíste algo que te movió, te invito a compartirlo a través de tus redes sociales. Gracias por estar aquí, significa mucho para mí♥️

Mis lanzamientos de espacios y creaciones psicoeducativas tienden a evocar en mí una mezcla de emoción, ilusión y nervios. Por un lado, es la culminación de semanas o meses de planificación, diseño y organización –que emoción, claro. Por otro lado, es lanzar al mundo este proyecto al que le he dedicado muchísimo cariño e intención –que nervios, claro. Esta semana lancé mi workshop digital, "Reflexiona y Reconecta", y me he sentido demasiado así.
El motor que me impulsa a facilitar este espacio es el deseo de darle una mirada diferente a la tradicional "reflexión de fin de año." No creo en la necesidad de hacer un balance del año, ni tampoco en darle una mirada desde la escasez (qué me faltó, qué no hice, qué no logré). Sí creo en que estas fechas nos brindan la oportunidad de pensar e integrar nuestras vivencias y qué nos han mostrado sobre la vida. Y sí quiero ser yo quien te acompañe a hacer esta retrospectiva.
Este año ha estado lleno de emociones y lecciones para mí, y me siento con ansias de usar este espacio –"Reflexiona y Reconecta"– para ponerlas en papel y mirarlas desde una perspectiva diferente; una sabiduría que solo da el tiempo. Más abajo, en el apartado de "Novedades" te cuento todo sobre este workshop, espero que te animes y nos acompañes. Mientras tanto, te cuento de qué va la edición de hoy.
En el news de hoy, escribo sobre el McDonald's interno:
- 🍟Por qué somos tentados a visitar el auto-rápido del mundo interno
- 🔜Te cuento un poco más sobre mi workshop "Reflexiona y Reconecta"
- 📰Te cuento mis recomendaciones –el podcast que está muy conectado con la edición de hoy.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.

El otro día escuché a mi ahijada de 8 años hacer su pedido de McDonald's. Se sabía los combos, las salsas, los tamaños y lo que le podías o no agregar. Me noté observando con curiosidad y asombro la agilidad con la cual seleccionó exactamente lo que quería, ni titubeó. Lo supo de inmediato y lo recibió con la velocidad que caracteriza a su auto-rápido.
McDonald's nunca ha sido algo que se me viene rápido o fácilmente a la mente cuando tengo hambre. Creo que la rigurosidad de mi mamá es completamente responsable de esto, porque los recuerdos que tengo de ir a McDonald's eran por una situación excepcional. Quizás porque veníamos de regreso del interior del país un poco más tarde de lo usual, o porque íbamos hacia el interior más temprano, o porque mi hermano y yo se lo pedíamos de cena un viernes por la noche que ella y mi papá estarían cenando fuera.
No era una costumbre familiar, tampoco, por lo que no tengo casi recuerdos de experimentar un antojo colectivo familiar de McDonald's. Y, realmente, no nos pasaba con las otras cadenas de comida rápida, tampoco. Hoy en día, es raro que pase por un auto-rápido, a menos que sea por el barquillo de $1...

Empecé a notar lo poco común que era no gravitar a los auto-rápidos cuando, de adulta, veía lo fácil que era para mis amigas y amigos detenerse en alguno cuando tenían hambre. Empecé a notar lo instintivo que era para ellas y ellos pensar en McDonald's como una opción para saciar el hambre o el antojo y, contradictoriamente, lo poco instintivo que era para mí.
Creo que hay muchas cosas que pudiesen explicar el antojo de McDonald's, quizás las emociones a las que fueron asociadas esas visitas durante la infancia al auto-rápido, o las personas con las que iban –y ojo, sin necesidad de ponernos creativas y creativos, pocas cosas superan sus papitas. Pero, yo creo que el hecho de que es accesible, asequible, rápido y fácil definitivamente ayuda. Porque si bien, quizás el hábito de ir al auto-rápido de McDonald's nunca se fortaleció en mí, por supuesto que me noto gravitando a ciertos snacks que cumplen esas mismas funciones cuando tengo hambre.
Todas y todos tenemos hábitos –alimenticios o emocionales o comportamentales– que no requieren que pensemos muchos. Para algunas personas es un combo de nuggets y papitas agrandado, para otras personas son una bolsa de platanitos del mini súper de la esquina, y para otras es perderse en el vasto mundo de TikTok. Esos estímulos (externo e internos) van a seguir ahí pero, ¿cuán consciente somos de la manera en la que buscamos estos estímulos accesibles, asequibles, rápidos y fáciles? ¿Qué tan frecuentemente les buscamos? Y, más importante aún, ¿cuán beneficiosos o perjudiciales son para nuestro bienestar emocional, mental y espiritual?

Cuando pienso en el McDonald's interno, pienso en todas esas reacciones, comportamientos, hábitos, patrones, pensamientos y sensaciones a los que recurrimos de manera instintiva e inmediata. Pienso en nuestros hábitos de comunicación, por ejemplo; si crecimos en un hogar donde se usaba la "ley del hielo" (elegir guardar silencio como una forma de castigar o penalizar a alguien después de una 'falta') como una estrategia frecuente, podría ser mucho más fácil y rápido recurrir a la misma en la adultez –aunque sabemos, del otro de la moneda, lo doloroso que era recibirlo. No creo que la elegimos de manera consciente para infligir dolor, y creo que ese es el punto que estoy intentando hacer.
Es muy diferente intencionalmente honrar el antojo de McDonald's a hacerlo por salir del paso o porque es lo más rápido. Es muy diferente satisfacer ese antojo a las 7PM de la noche, dejándonos tiempo para digerirlo, que acercarnos al auto-rápido a las 10PM de la noche y de inmediato irnos a dormir, imposibilitándole a nuestro cuerpo (y a nuestra mente) procesar todo ese sodio, aceite y carbohidratos complejos tan tarde en la noche. Y no lo estoy diciendo a un nivel restrictivo, reduccionista o basado en el juicio o vergüenza del alimento en sí; lo digo desde el nivel de la intencionalidad.
Aplicando lo que acabo de escribir al ejemplo que propuse más arriba sobre "la ley del hielo", es muy diferente un silencio castigador a un silencio reflexivo, por ejemplo. Es muy diferente guardar silencio porque estoy procesando lo que acaba de pasar entre nosotros, a guardar silencio porque es el patrón conocido (y poco sano) que mi mundo interno conoce demasiado bien. Es muy diferente elegir guardar silencio porque es lo que siento que necesito y lo que me ayudará para poner en orden mis ideas y comunicarlas de la manera más respetuosa posible, a guardar silencio porque es una estrategia accesible, rápida y fácil.

Así como la "ley del hielo", hay muchas otras maneras en las que imagino que somos tentadas y tentados a buscar el auto-rápido interno. Cuando queremos desconectarnos, por ejemplo, y nos perdemos por horas en redes sociales. Cuando queremos protegernos, por ejemplo, y recurrimos a formas de relacionarnos que quizás son conocidas, pero no tan sanas. Cuando queremos evitar sentir vacío y aburrimiento, por ejemplo, y recurrimos a llenar nuestras agendas y nuestras mentes con un montón de eventos y quehaceres.
Así como en el mundo externo, también hay un McDonald's en cada esquina de nuestro mundo interno; un auto-rápido lleno de reacciones y comportamientos accesibles que nos prometen sensaciones y pensamientos que garantizan un alivio rápido y fácil –mas no necesariamente duradero ni beneficioso. Y, cómo no recurrir a ello, si quizás es lo que aprendimos a hacer. ¿Cómo no recurrir a ello si es el hábito y el impulso que se instauró, probablemente por necesidad?
Mi intención con la reflexión de hoy es invitarte a reflexionar sobre cómo operan estos auto-rápidos en tu mundo interno –como siempre intento, desde la auto-compasión y curiosidad amorosa. Cuando pensamos sobre las formas en las que aparece este McDonald's interno, cuándo aparece y qué tan intencional o no soy sobre la visita que le hago, ganamos consciencia y nos permitimos presenciar activamente nuestra mente. Y realmente disfrutar con presencia completa esas papitas, o esos nuggets, o ese barquillo, en lugar de recurrir a ello con la rapidez y urgencia que me roban intencionalidad.

para complementar esta lectura✨¿
Mi gentil recorderis para el día de hoy:


"Reflexiona y Reconecta"
El domingo 1 de diciembre estaré facilitando un workshop digital para acompañarte a reflexionar sobre tu 2024, específicamente: cómo amaste, trabajaste y jugaste.
Estoy abriendo este espacio porque sé lo provechoso que puede ser regalarse un espacio intencional y dirigido para digerir lo que has vivido este año. Estoy abriendo este espacio porque sé que cuando reflexionamos podemos reconectarnos con nosotras mismas y nosotros mismos. Estoy abriendo este espacio porque, al igual que tú, quiero escribir y procesar lo que este año me ha mostrado –y porque sé que tener una estructura, hace que el proceso de reflexión se sienta mucho más llevadero.

Estoy fascinada con estos tres pilares (amar, trabajar y jugar) porque creo que son tan sencillos, y a la vez tan abarcadores. Cómo amar y recibir amor, cómo experimentar un sentido de logro y cómo integrar el goce en tu vida –cuán variadas y diversas imagino son las respuestas a cada una de estas preguntas.
El costo es de $80USD e incluye: acceso a la sesión en vivo de dos horas (donde te estaré compartiendo rituales, preguntas y ejercicios reflexivos), acceso a la grabación y un PDF post-sesión que incluye más ejercicios reflexivos y recursos para que puedas estirar tus hallazgos a tu planeación y diseño del 2025. Será un espacio muy lindo y muy cálido para aterrizar lo que has vivido, sentido y pensado este año... te espero por allá.

Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Podcast
¿Cómo funciona tu batería mental? (El Podcast de Marian Rojas Estapé)
Estoy amando escuchar podcasts cuando salgo a caminar en las mañanas, y el podcast de Marian Rojas Estapé (uno que he compartido en varias ocasiones por acá) suele ser un espacio que siempre me deja reflexionando más allá de mis caminatas. Este episodio en particular me fascinó porque aborda cómo nuestra mente es un músculo que –como cualquier otro– necesita recargarse, estirar y descansar. Habla sobre qué agota a nuestra mente, por qué es importante notar cómo está rindiendo su batería y lo impulsivos que nos ponemos cuando tenemos la batería mental descargada (buscando estímulos dopaminérgicos como comida, redes sociales y hábitos impulsivos –muy de la mano con la edición de hoy).
Para escucharlo haz clic abajo.

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♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
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-AS, en respuesta a una de mis más recientes entradas "La trampa del bienestar como un lugar fijo"
Para escribir en tu journal
- ¿Qué reacciones habitan en el auto-rápido de tu mundo interno?
- ¿Qué tan beneficiosas o perjudiciales son para ti? ¿Por qué?
- ¿Cómo imaginas ser más intencional con ellas?

Este newsletter no es de auto-rápido; reenvíaselo a alguien que quiera algo masticablemente lento.
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Un abrazo,
Mariana♥️

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