El feng shui del mundo interno🛋

El feng shui del mundo interno🛋

¿Cómo estás hoy? Recibí muchos mensajes lindos sobre mi newsletter de la semana pasada, con varias y varios de Uds. eligiendo compartir conmigo su propia evaluación de sus niveles de energía –los cuales recibo y leo desde un lugar de muchísima gratitud. Si esta semana has tenido ese tema en mente o has intentado honrar tu energía y sus limitaciones, me gustaría invitarte a agradecerte a ti misma/o por este esfuerzo. Y a la vez, quiero aprovechar este pedacito del newsletter para yo también unirme a este agradecimiento. No sé si hay palabras suficientes para expresar cuánto significa para mí que me leas y que uses mis palabras para mirar hacia adentro. Es literalmente el propósito de este newsletter, y que se esté usando de esta forma para despertar una chispa reflexiva en ti, pues es todo lo que podría desear.

¡Gracias, gracias, gracias!

Como siempre, te comparto el acompañamiento musical, ¿te parece si iniciamos con la reflexión de hoy?


Antes de empezar el newsletter de hoy, debo confesar que el título del mismo fue 100% elegido con la intención de ser un ciberanzuelo (la traducción de click bait que acabo de aprender, por cierto). No sé absolutamente nada del feng shui y debo confesar que tampoco sé mucho sobre la organización en espacios físicos. Mi inteligencia espacial (que es la capacidad de procesar información en el espacio físico –ya sea real o imaginado), no es realmente una de mis habilidades más desarrolladas. Eso se traduce a que me cuestan las direcciones, ubicarme en un mapa, saber cómo distribuir elementos en un espacio físico, entre otras cosas. Sin embargo, espero utilizar el arte de feng shui –y lo que entiendo de ella– como una metáfora para una experiencia emocional que he tenido mucho en mente. Espero que haga sentido y pido mil disculpas si me equivoco en alguno de los tecnicismos. Como tú, yo también estoy en constante desaprendizaje.

Ok, según lo que he leído sobre el feng shui, esto es lo que entiendo:

  • Es una práctica filosófica originaria de China cuya premisa es que la organización física de los espacios tiene una influencia en el estado de ánimo, bienestar, fortuna y salud de las personas que los ocupan.
  • Está basado en el concepto del yin y yang (los opuestos que se complementan). Por ejemplo: norte y sur; abajo y arriba; luz y oscuridad; noche y día; luna y sol; entre otros. El yin y yang, aunque opuestos, se necesitan mutuamente para existir, precisamente para facilitar la armonía y el balance.
  • La reorganización física de los espacios busca facilitar el "chi", que se refiere a la energía cósmica. Se cree que la distribución en el diseño físico facilita o entorpece la energía en el espacio (lo cual está alineado con la práctica de organizar y despejar los espacios físicos, con el objetivo de liberar espacio mental).
  • La incorporación de ciertos elementos ayuda a re-balancear la energía cósmica de un espacio físico, ayudando así a promover un mayor bienestar y –potencialmente– impactar positivamente el estado de ánimo en las personas.
¿Me inspiras felicidad?

No tengo ánimos de convertir esto en un newsletter que busca evaluar la eficacia del feng shui. Por un lado, porque es una práctica asiática milenaria y me gustaría ser respetuosa y sensible a esta creencia cultural; y, por otro lado, porque vuelvo a reafirmar mi absoluta ignorancia en el tema, más allá del artículo que usé de referencia. Lo que sí me gustaría hacer, es usar el concepto de feng shui como una analogía a lo que suele ocurrir en nuestro mundo interno cuando reorganizamos ciertos "muebles" internos, y cómo este proceso puede impactarnos emocionalmente.

Cuando pienso en mi más reciente feng shui interno, se me hace inevitable recordar mi transición de Edimburgo a Panamá. Cuando la gente me pregunta sobre esta experiencia, esta curiosidad suele tener dos sub-preguntas: cómo fue la experiencia en sí y cómo fue el regreso. Y mi respuesta casi siempre es la misma: hermosa y dolorosa. Ya he hablado anteriormente por acá sobre lo retador que fue el regreso de mi maestría, principalmente por todas las pérdidas que evocó. Hoy en día, estoy en un momento emocional donde me siento un poco más "acá" y menos "allá", pero eso no siempre fue así. Los últimos dos meses del 2021, que fueron mis primeros meses de regreso, fueron increíblemente difíciles para mí. Y, creo que una de las razones por las cuales fue así, es porque me confrontaron con una sensación de vacío.

El poner mi vida profesional en pausa durante todo el año pasado fue tolerable porque me apoyé en la continuidad de mi vida académica y social. Pero, regresar a Panamá –con un capítulo académico finalizado, un capítulo profesional en pausa (y sin una dirección fija de por donde retomar), un capítulo personal por definirse, y un capítulo social reacomodándose– me sentía muy perdida. No es la primera vez que siento un vacío en mi vida, pero sí es la primera vez que me di permiso de sentirlo –y eso fue sumamente incómodo.

Estoy tan incómoda.

Afortunadamente, cuento con una terapeuta que me conoce tan bien que a veces intuye las experiencias emocionales que podría sentir en un futuro (a veces la molesto y le digo que es medio brujita, porque sabe cosas antes de que yo las sepa.) Y, cuando empezamos a procesar el duelo –incluso antes de regresar a Panamá– recuerdo vívidamente que me dijo "intenta no ocupar de inmediato tu tiempo, Mari, porque hay que dejar espacio para que las experiencias se reacomoden."

Espero que al llegar hasta este punto, ya vayas percibiendo por dónde va mi analogía del feng shui.

Muy a regañadientes, decidí escucharla y no retomar todos mis capítulos enseguida. Me permití sentir, vivir y experimentar el vacío y –más importante aún– me di la oportunidad de darme cuenta que puedo tolerarlo. Vivimos en una sociedad que le huye al vacío: llenamos nuestros días con reuniones; llenamos nuestro tiempo libre con actividades; llenamos nuestros momentos a solas con distracciones; llenamos nuestros momentos en compañía con el celular; llenamos nuestra mente con demasiados estímulos; y así, vamos percibiendo que el aburrimiento y el vacío son peligrosos. Y nuestra mente, al empezar a percibirlos como peligrosos, puede buscar evitarlos a toda costa.

No es mi intención compartir esto con juicio o culpa, porque yo también lo he hecho y lo hago –¿por qué crees que mi terapeuta me lo tuvo que recordar? En otro momento de vacío, hubiese llenado mi agenda con proyectos + planes + ideas + reuniones + oportunidades. Porque el vacío se siente como muy amenazante, y porque no me he dado oportunidad (o por lo menos hasta ese momento) de vivirlo y experimentarlo, no me había dado chance de reaprender cómo vivir con ello. Mi mente, al igual que el de mucha gente, percibía el vacío como algo muy amenazante y estaba queriendo chifearlo (que es una forma panameña de decir "ignorarlo").

Yo a mi misma: ¡estás aprendiendo tanto!

"La vida se ajusta y desajusta a su antojo, Mari", es una de las tantas joyitas que mi terapeuta ha compartido conmigo. Y ese ajuste y desajuste –ese feng shui interno– moviliza un sinfín de emociones. En ese reajuste, se abren espacios que nos pueden hacer sentir ese vacío, y eso puede llegar a ser incómodo porque nos hemos acostumbrado a sentir ese espacio como "ocupado".  Y en ese vacío, no solo nos damos cuenta que hay un nuevo espacio libre y disponible, sino que también nos puede llegar a confrontar con todos los rinconcitos de nuestro mundo interno que habían quedado sin limpiar o revisar y que, en ese proceso, han acumulado mucho polvo. Y, ¿quién –a consciencia– quiere lidiar con el polvo?

Mi propuesta es la siguiente:

¿Qué pasaría si, en lugar de querer ocupar ese espacio con cualquier cosa, nos extendemos paciencia y permiso para jugar con ese vacío?

¿Qué pasaría si, en lugar de querer llenarlo de una vez, nos damos chance de experimentar ese desajuste poco a poco?

¿Qué pasaría si resistimos la tentación de llenar el vacío y, en ese proceso, nos damos permiso de limpiar las superficies bien antes de volver a ocupar ese espacio?

Nos han enseñado a tenerle tanta aversión al vacío que solemos querer anticiparlo y llenarlo, incluso antes de sentirlo. Y el peligro de esto es que, al ni siquiera querer notar la presencia del vacío, le llenamos con cosas de una manera poco intencional que ni siquiera están alineadas con nuestro propósito de vida. Así como el principio de yin y yang, no se puede llenar algo si no hay un vacío antes. Y, si podemos radicalmente aceptar que el vacío es parte de nuestra experiencia humana, quizás podemos aprovechar esa oportunidad para llenar el vacío de una manera un poco más intencional, pensada y a tono con la vida que queremos vivir.

Me pongo a pensar en todas las decisiones apresuradas que hubiese tomado en esos primeros meses de mi llegada, donde estaba sintiendo tanto y ni siquiera me había dado permiso de aterrizar emocionalmente en el aquí y ahora. Pienso en lo diferente que quizás se vería mi realidad hoy en día, quizás un poco menos conectada y alineada con mi mundo interno y –por ende– un poco menos feliz y congruente. Para mí, los vacíos están para sentirlos, pensarlos y usarlos. Pero usarlos con paciencia, compasión, ternura e intención. Y en ese proceso, similar al más reciente GIF que compartí, jugar un poco con nuestra imaginación y fantasía para empezar a llenar ese vacío poco a poco –a nuestro ritmo, a nuestro tiempo, y bajo nuestras condiciones.

Similar a lo que escuché en un episodio reciente del podcast de NPR, Life Kit, donde participó el poeta Ross Gay: "para que el corazón se haga más grande, la rotura también está ocurriendo; porque el corazón tiene que cambiar de forma para que se haga más grande, y algo tiene que ceder." Quizás los espacios vacíos sirven para invitarnos a confiar en que tenemos la capacidad de sentir cosas que nunca hemos sentido antes, aunque den miedo y sean incómodas; y si podemos resistir la tentación de querer llenarlos de inmediato, nos damos chance para que nuestro corazón (y mundo interno) crezcan un poquito más.

Mi intención con la reflexión de hoy es invitarte a repensar los vacíos que ocurren en el ajuste y desajuste, como una consecuencia esperada del feng shui interno. Estos pueden ser vacíos que se sienten cuando ocurren cambios, duelos, transformaciones, pérdidas, rupturas, y crecimiento. Y estos vacíos son parte de la vida, así como lo son las alegrías y la plenitud. Cada una de estas experiencias emocionales tiene su función, su propósito y su tiempo de caducidad en nuestro mundo interno. La invitación de hoy, la acompaño con el recorderis de que todos estos ajustes y desajustes suelen ser temporales –es decir, que no se sienten para siempre. Y quizás, si recordamos esto, le podemos dar una cálida bienvenida a estas experiencias en nuestro mundo interno, por el tiempo que necesiten quedarse.

Mi gentil recorderis para el día de hoy:

"No te sentirás vacía/o para siempre. Cosas hermosas crecen en los espacios disponibles." - @bigfightinwords

Si necesitas un epi para seguir pensando y reflexionando sobre el tema:

E053: ¿Las crisis pueden ayudarnos a crecer?


¡Mañana, mañana, mañana!

Ok, si has estado aquí un tiempo, quiero suponer que es porque disfrutas mirar hacia adentro, ¿cierto? Y, si disfrutas mirar hacia adentro, es porque estás constantemente desarrollando un músculo reflexivo, ¿cierto? Bueno, yo creo que si respondiste que sí a esas dos preguntas, quizás el espacio de Acompañar podría ser para ti.

Estoy escuchando... (o leyendo, bueno, tú me entiendes)

Cada mes, quienes son parte de la membresía pagada de este newsletter tienen la oportunidad de hacer una sesión de journalling conmigo donde hablamos sobre distintos temas. Es un espacio hermoso por dos razones: miramos hacia adentro y luego, al final, compartimos cómo se sintió la experiencia de mirar hacia adentro. Es decir, que reflexionamos individualmente y sanamos en comunidad: ¡lo mejor de dos mundos!

Resulta que nuestra sesión de este mes es mañana, pero aún tienes chance de anotarte. El tema es redefiniendo mi relación con el trabajo y en el mismo, exploraremos cómo nos relacionamos con el trabajo, cómo la sociedad condiciona esta relación, y desaprenderemos (y reaprenderemos) formas de relacionarnos con esta área tan importante de nuestra vida. Hablaremos sobre cómo establecer límites más sanos en el trabajo, así como comunicar nuestras necesidades emocionales en estos ambientes laborales.

Si estás interesada o interesado, simplemente actualiza tu membresía haciendo clic abajo para estar en la lista y recibir todos los detalles. La membresía es de $10 mensuales (se cobra todos lo meses automáticamente) o $100 anuales (un solo pago anual), y se puede hacer directamente en el link abajo o por transferencia bancaria (si estás en Panamá y sólo para la membresía anual). De igual manera, mi bandeja de entrada siempre está disponible para cualquier pregunta o duda que tengas del tema. ¡Espero que te animes!


Grace & Frankie (2015-2022)

Con muchísima resistencia, me adentré a los últimos episodios de la última temporada de Grace & Frankie </3.

Esta serie la he mencionado en innumerables newsletters anteriormente porque es TAN genial. Para quienes no saben nada de ella: es sobre dos mujeres (Jane Fonda y Lily Tomlin) cuya relación es obligada a volverse más cercana cuando sus esposo eligen dejarlas para estar ellos dos juntos. Es una comedia espectacular con momentos sensibles y vulnerables, y lecciones amorosas de sororidad y el amoroso vínculo de la amistad. No solo soy una gran fan de las actrices principales, sino que también soy fan de la manera en la que ejemplifican la vejez con tanta jovialidad y jocosidad.

Full, full recomendada. Disponible en Netflix.

♥️Amorcito que recibe Adentro♥️

Tus correos son como un abrazo al alma.
Muchas gracias, Mariana, por compartir tu sabiduría con nosotros.

-Kirley R.

Para escribir en tu journal:  

  1. ¿Recuerdas algún momento donde sentiste el vacío? ¿Qué emociones recuerdas sentir en ese momento?
  2. ¿Cómo te permitiste vivir el proceso? ¿Lo sentiste o lo llenaste?
  3. ¿Cómo te gustaría afrontar los vacíos de ahora en adelante?

Y con estos últimos pensamientos me despido por hoy.

¿Qué te pareció este newsletter? ¡Responde a este correo y cuéntame!

Reenvíaselo a alguien a quien le pudiese servir una nueva forma de pensar, sentir y vivir los vacíos.

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¡Espero que tengas un lindo fin de semana!

Un abrazo,

Mariana♥️

Mariana Plata Rovetto

Mariana Plata Rovetto

Psicoterapeuta y educadora. Con la profunda misión e intención de facilitar el hacer sentido de nuestro mundo interno.
Panama