El archivero de la vergüenza🗄️
adentro es un newsletter semanal gratuito donde comparto reflexiones, curiosidades, sensaciones y emociones que han estado rondando en mi mente –con la esperanza de evocar una chispa reflexiva en ti, también. Si leíste algo que te movió, te invito a compartirlo a través de tus redes sociales. Gracias por estar aquí, significa mucho para mí♥️
Te imaginas vivir en un mundo donde esté normalizado preguntarnos entre nosotras y nosotros, ¿cómo se ha sentido tu sistema nervioso central recientemente? [Ojo: por supuesto que no me refiero a cualquier persona, sino al contexto de una relación segura, admito que leyéndolo me puedo imaginar que quizás se sienta invasivo y desconcertante que el despachador de gasolina me pregunte esto, por ejemplo.] Pero, entendiendo que lo propongo en las conversaciones de nuestros vínculos íntimos; cuántas historias, experiencias, significados –esa data cálida que tanto me encanta– podríamos escuchar. Te regalo esa pregunta, invitándote a que te tomes un momentito para notar –sin juicio, ni culpa, ni vergüenza– cómo has percibido a tu sistema nervioso central recientemente. Esperando que la respuesta te abra las rutas para más auto-descubrimiento y revelación.
En el news de hoy, escribo sobre los archiveros de la vergüenza:
- 🗄️Las anécdotas y emociones que quedan almacenadas ahí
- 📓Te invito a nuestra próxima sesión de acompañar
- 📰Te cuento mis recomendaciones –el episodio de podcast que se sintió como un abracito al alma, y el ensayo que me hizo pensar sobre mi propio proceso del duelo.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
Recuerdo vívidamente una clase en mi licenciatura cuando, discutiendo la importancia de que las y los profesionales de salud mental asistieran a su psicoterapia personal, mi profesora nos ofrecía su testimonio de lo que esa experiencia le había otorgado. Nos compartía cómo ir a terapia consistentemente le había ofrecido la oportunidad de conocer, con bastante profundidad, lo que hay en las gavetas de su mundo interno. "No todas las gavetas están vacías o livianas, hay algunas en las que quedan cositas por ahí", nos decía de una manera humilde, cercana y amorosa, "pero, tengo bastante claro qué hay en esas gavetas, y eso ha marcado una diferencia." No me acuerdo el tema de esa clase, ni la pregunta de ese parcial, pero recuerdo con mucha gratitud esa perla de sabiduría que tuve el privilegio de recibir –y que se ha quedado conmigo años después de escucharla.
En todos mis años explorando el mundo interno (tanto el mío como el de otras personas), he notado que hay una gaveta –a veces, hasta se puede sentir como un archivero completo– que nos cuesta mirar: el de la vergüenza. Ese lugar interno donde están almacenadas experiencias y anécdotas que nos evocan una sensación profunda de vergüenza. Quizás es un momento en mi vida donde dije algo equivocado, quizás hasta hiriente. O, quizás es recordar cuando hice algo incorrecto. Quizás, es hasta cuando tuve un pensamiento que no es característico en mí. Quizás, pensar en estas anécdotas y recuerdos nos hace sentir un retorcijón en el estómago, o nos encontramos sacudiendo la cabeza, esperando que eso las ahuyente de nuestra mente.
Pero, ¿qué pasa si la respuesta no está en "ahuyentarlas" de nuestra mente? ¿Qué pasa si estas anécdotas llegan a nuestra conciencia con el deseo de ser notadas? ¿Qué pasa si es una señal para abrir ese archivero de la vergüenza? ¿Qué pasa si abrir ese archivero, quizás, es lo que necesitamos para que esas anécdotas respiren y ganen perspectiva? ¿Qué pasa si abrir el archivero de la vergüenza nos permite alejarnos del silencio que vuelve a la experiencia más pesada? ¿Qué pasa si abrir el archivero es lo que permite que la vergüenza no se calcifique?
Todas y todos tenemos estas anécdotas y experiencias de las cuales no nos enorgullecemos porque todas y todos somos seres humanos. Y como seres humanos, eso significa que a veces somos torpes; nos equivocamos; decimos lo incorrecto en el momento incorrecto; reaccionamos en vez de respondemos; actuamos de una manera "poco característica"; caemos en patrones nocivos para mí y/o para las demás personas; lastimamos –a veces, intencionalmente; y, así un sinfín de comportamientos y actitudes que muestran nuestra humanidad.
Cuando esas experiencias ocurren, se pueden ir almacenando en nuestro archivero de vergüenza. Y, cuando estas experiencias no se abren, no se hablan, no se comparten, no se procesan, no se digieren, no se piensan, no se pasan por el cuerpo, se quedan atascadas en nuestro mundo interno. Pierden aire, pierden perspectiva, pierden contexto, pierden aprendizaje y madurez, y pierden la oportunidad de recibir una mirada auto-compasiva. No por nada Brené Brown ha dicho en reiteradas ocasiones que la auto-compasión es el antídoto de la vergüenza:
La vergüenza no puede respirar cuando se le está hablando. No puede tolerar tener palabras envueltas alrededor de ella. Lo que busca es el secreto, el silencio y el juicio.
Cuando vivimos con historias de vergüenza que no han sido compartidas, nuestros errores se endurecen como callos en el alma. Abrir esos archiveros de vergüenza en espacios seguros, por más difícil e incómodo que sea, nos permite suavizar esas anécdotas –y por consecuencia, nos permite suavizar a nuestra alma. Nos suaviza. Suaviza nuestra humanidad y nuestras relaciones. Ser espacios seguros para las historias de vergüenza de otras personas es convertirnos en bálsamos para esos callos. Es conectarnos desde nuestra humanidad, reconociendo que todas y todos tenemos historias en esos archiveros.
Mi intención con la edición de hoy es quizás invitarte a pensar sobre tu archivero de la vergüenza. Me puedo imaginar que leyéndome, se te habrán venido a la mente algunas historias y anécdotas que hay ahí. Si es así, permíteles a estas historias airearse hoy –escribe sobre ellas o háblalas con alguien que se sienta como un espacio seguro para ti, quizás hasta hazle la petición amorosa que te escuche sin juicio ni culpa. Esos archiveros nos acompañarán a lo largo de nuestra vida, porque somos seres humanos y eso significa que nos volveremos a equivocar. Pero no tienen que estar oxidados o llenos de telarañas. Pueden ser livianos y pueden estar intervenidos con el dulce aroma de la auto-compasión.
Al final de esta edición, te ofrezco algunas preguntas para hacer journaling (siempre están ahí, por cierto). Espero que puedan ser un primer paso para airear ese archivero y aligerar esas historias. Como siempre, gracias por leerme.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
Este mes en acompañar...
Estaré compartiendo mis reflexiones sobre esa parte protectora de nuestro mundo interno que sabe, quizás antes que el resto de nuestro ser se entere: nuestra intuición. Mi intención es que pensemos juntas y juntos sobre el ruido (externo e interno) que muchas veces obstaculiza escuchar a esa parte tan sabia, y las valiosas formas en las que se comunica con nosotras y nosotros.
Algunos de los temas que estaremos explorando en esta sesión incluyen:
- Qué es la intuición y cómo sé que me está intentando hablar
- Por qué hay tanta sabiduría almacenada ahí
- Qué ocurre que me desconecto de ella
- Cómo me puedo conectar con ella
Para participar, solo debes activar tu membresía pagada, que puede ser de $10 mensuales (pago automático recurrente) o de $100 anuales (un solo pago una vez al año). ¡Te espero!
Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Podcast
Soltar es un acto de renuncia (Querido Pedro)
"Se suelta con una mano en el aire y la otra en el corazón"; soltar es simultáneamente un duelo y una ganancia. Esto es lo que Pedro Campos nos invita a reflexionar en el más reciente episodio de su podcast, Querido Pedro. Muy (muy) conectado con la edición pasada del newsletter, este episodio sirve como un recorderis amoroso, compasivo y sabio que estamos siendo invitadas e invitados a renunciar con frecuencia. Soltar también es abrazar la impermanencia, es confrontarnos con el vacío, duele un poquito y también es una puerta de posibilidades. Lindo, lindo este episodio –me veo escuchándolo más de una vez.
Puedes escucharlo haciendo clic abajo.
Ensayos
Death of the Party (Raven Leilani)
Este conmovedor ensayo de Raven Leilani me hizo pensar mucho sobre mi proceso de duelo y cómo ha impactado mi escritura –quizás cómo ha impactado este espacio que es donde más escribo. Leilani escribe, "siento una deuda con aquellas y aquellos escritores por articular el desafiante negocio de la articulación del duelo." Estoy de acuerdo, es un espejo profundo encontrarte en las palabras experienciales del duelo de otra persona, un regalo.
Puedes leer el ensayo completo haciendo clic abajo.
¿Qué has estado leyendo, escuchando o viendo recientemente que te ha encantado?
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♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
Me encantó, que newsletter tan espectacular has hecho aquí. Me llenó el corazón a tal nivel que hasta llamé a mi mamá para leerle por teléfono y quedó maravillada.
-SV, en respuesta a una de mis más recientes entradas "La trampa del bienestar como un lugar fijo"
Para escribir en tu journal
- ¿Qué anécdotas o historias son las primeras en aparecer cuando piensas en tu archivero de la vergüenza?
- ¿Cómo puedes darle aire para respirar a estas historias?
- ¿Cómo se siente mirarlas con ojos más compasivos?
Este newsletter es parte del archivero reflexivo de tu mundo interno; compárteselo a alguien para que sea parte de más espacios.
Si estás visitando, recuerda suscribirte aquí.
Un abrazo,
Mariana♥️
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