El acto amoroso de presenciar🌾
Me gustaría iniciar la edición de hoy compartiendo cuán conmovida me he sentido por las respuestas que recibí en la más reciente edición del newsletter. Es una sensación muy especial saber que mis palabras tocaron tantas fibras emocionales; es un honor y regalo que no doy por sentado. Gracias por recibir mis palabras con tanta calidez y apertura, nuestros mundos interno co-crearon una pieza mágica y me siento agradecida de ser un canal a través del cual podemos empezar a reconocer y nombrar lo que ocurre adentro.
Recibo todas sus respuestas con profunda responsabilidad y, aunque quizás no conteste a todas, tengan la garantía de que les leo y agradezco cómo reciben con una corazón abierto lo que mi corazón les intenta transmitir a través de este espacio. Gracias por estar aquí.
En el news de hoy, escribo sobre el acto de presenciar:
- 🌾Por qué creo que es un acto amoroso
- 📓Te invito a nuestra sesión de journaling de este mes
- 📰Te cuento mis recomendaciones –la serie con la que siento de todo, el libro que no pude soltar; y el quiz que me reveló algo de mí que no sabía.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
Mi pasión por mi naturaleza cíclica me ha guiado hacia el monitoreo constante de cómo aparecen estos ciclos para mí; los ciclos de vida, los ciclos emocionales, los ciclos menstruales, los ciclos lunares e incluso los ciclos estacionales. Mientras que en otros rincones del mundo, el clima les recuerda a las personas sobre los cambios de temporada, en Panamá la tarea de acceder a las invitaciones cíclicas que nos hace la tierra resulta un poco más desafiante –tomando en cuenta que tenemos época lluviosa o época seca.
Si me has leído anteriormente, sabes que disfruto internalizar los cambios de temporada y auto-invitarme a conectar con lo que estos ciclos podrían significar para mí. Es una manera de conectar con mi naturaleza cíclica de otra forma, y con un enfoque quizás un poco más intencional. Ayer fue el solsticio de verano para quienes viven en el Hemisferio Norte, e inversamente, el solsticio de invierno para quienes viven en el Hemisferio Sur –lo que indudablemente me llevó a conectarme con este cambio; conexión de la cual intenté hacer sentido a través de una larga sesión de journaling conmigo misma.
No es sorprendente que el solsticio de verano coincide con el fin del primer semestre del año, lo cual representa una oportunidad de reflexionar sobre cómo ha sido la primera parte del año. Los cambios de temporada siempre ofrecen eso: una oportunidad de revisar, refrescar y reflexionar. Mientras escribía sobre cómo se ha sentido esta primera mitad del año para mí, me dio por curiosear qué palabra había elegido como mi palabra del año a inicios del 2024. Para mi sorpresa, la palabra que elegí sigue resonando en mí... pero de una manera totalmente distinta:
presencia
Creo que cuando elegí esta palabra, pensé mucho en que quería más presencia en el aquí y ahora. Más presencia con el trabajo que hago, con las personas con las que me rodeo, con las actividades que realizo. En enero 2024, creo que el atractivo de la palabra "presencia" radicaba en la oportunidad de conectarme más con el presente, valga la redundancia. En mi mente, rituales como no usar el celular al inicio del día o meditar o escuchar afirmaciones al inicio de la mañana, me permitían estar más conectada con el aquí y ahora. Creo que estaba equiparando la presencia con el mundo externo. Poco sabía yo, esa Mariana de enero de 2024, que este primer semestre efectivamente me pediría más presencia –pero no necesariamente con el mundo externo, sino con mi mundo interno.
Presenciar el dolor emocional interno se siente difícil e incómodo. Es como ver la escena triste de una película sin poder evadirla o avanzarla a una escena más feliz. Presenciar el impulso de querer distraerme de ello se siente aún más difícil. Presenciarme –simplemente notarme internamente– se ha vuelto una de las tareas más difíciles y hermosas que he hecho en mis 15+ años de trabajo interno.
Mi misión, a través de todos los proyectos que hago, es facilitar experiencias para que otras personas puedan hacer sentido de su mundo interno. Poco había entendido yo que una gran parte de mirar hacia adentro implica practicar el acto (y arte) de presenciar. Presenciar si la marea interna está en calma o caos, y presenciar lo que ese estado nos hace sentir. Presenciar si la calma, por ejemplo, se siente incómoda y peligrosa. O, por el contrario, presenciar si el caos se siente muy aterrador y angustiante. El acto de presenciar supone, entonces, dos hallazgos importantes:
cómo me siento en el aquí y ahora;
y lo que ese descubrimiento me hace sentir.
Mientras más lo pienso, más descubro todo lo que habita en el acto de presenciar. El acto de presenciar pide valentía, honestidad, congruencia, auto-compasión, y mucho amor. Presenciar nuestro mundo interno nos pide, así como en el cine, ver una película y permitirnos ser movidas y movidos por ella. La diferencia es que la película que estamos viendo es nuestra vida, y los personajes de esta historia no son más que todas las versiones que hemos tenido. Lo cual supone un reto totalmente diferente, pero que puede ser profundamente amoroso.
Presenciar puede ser un acto amoroso porque nos pide sentir compasión hacia nuestras versiones pasadas y tempranas. Presenciar puede ser un acto amoroso porque nos pide apertura y calidez hacia las emociones que estamos notando que emergen. Presenciar puede ser un acto amoroso porque nos pide suprimir el juicio, y simplemente notar. Presenciar puede ser un acto amoroso porque nos pide estar con nosotras mismas y nosotros mismos, en lugar de resolver. Presenciar puede ser un acto amoroso porque nos pide, tal y como nos invita la psicoterapeuta y escritora Lisa Olivera, decirnos a nosotras mismas y nosotros mismos – "aquí está esto, ¿cómo me acerco a ello?" Presenciar puede ser un acto amoroso porque nos pide acercarnos con sutileza, paciencia y calma a lo que ocurre adentro. Presenciar puede ser un acto amoroso porque nos pide aceptar incondicionalmente lo que estamos notando. Presenciar puede ser un acto amoroso porque puede ser el camino para aceptarnos incondicionalmente.
Cuando escribí en enero de 2024 que mi palabra del año sería presencia, jamás imaginé que una de las lecciones más importantes que tendría este año para mí iría por esa misma línea. Pero no en su versión externa, sino en la interna. ¿Qué me pasa cuando presencio el dolor? ¿Qué me pasa cuando presencio la tristeza? ¿Qué me pasa cuando presencio la alegría? ¿Qué me pasa cuando presencio el miedo? ¿Qué me pasa cuando presencio el enojo? Presenciar solo nos pide eso: notar. Notar qué ocurre en el cuerpo y notar qué ocurre en la mente. No nos pide salir de ahí cuanto antes, no nos pide resolver, no nos pide apresurarnos. Nos pide quietud para estar ahí. Conmigo. Y con ellas: todas las versiones mías que están vivas en mi mundo interno y que también están sintiendo conmigo.
Perder a mi papá me ha pedido estar mucho conmigo misma; presenciarme en este proceso. El dolor es amor es un mantra que me encuentro repitiendo con frecuencia, porque presenciar el dolor también es presenciar el amor. Lo puedo ver si no me resisto a ello. Lo puedo ver si lo noto y le doy espacio en mi vida. Lo puedo ver si me permito simplemente estar. Lo puedo ver si le doy la misma atención que le daría a las emociones placenteras. Lo puedo ver si lo acepto.
Quizás mi reflexión de hoy es una invitación para que pienses sobre cómo presencias tu mundo interno, tus emociones, y tus versiones. Más importante aún, que te permitas presenciarte presenciando. Es decir, que también te permitas conectar con cómo se siente simplemente estar y notar lo que pasa adentro –sin afán de querer resolverlo, ni apresurarlo, ni evadirlo, ni juzgarlo. Simplemente presenciar. Quizás es a través de esta presencia interna, que podemos cultivar más presencia externa. E incluso, extrapolar el amoroso gesto de presenciar en nuestras relaciones más cercanas, también.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
¿Ya viste mi post de Inside Out 2?
El viernes me acerqué a ver la secuela de una de las pelis de Pixar a las que más hago referencia, y me pareció hermosa. Sabía que quería hacer un post compartiendo algunas de las reflexiones con las que me dejó.
Si aún no lo has visto, haz clic abajo:
¡Tenemos sesión de journaling el próximo sábado!
En nuestra sesión de este mes de acompañar –el club de journaling que facilito– estaremos conversando sobre la comunicación:
¿Cuáles son los tipos de comunicación?
¿De dónde aprendí a comunicarme así?
¿Cómo se siente comunicarme de la manera en la que lo hago?
¿Hay otras formas de hacerlo?
¿Cómo se ven?
¿Cómo imagino que serían mis relaciones si reaprendo a comunicarme mejor?
Si estas son preguntas que te gustaría explorar en comunidad, este espacio es para ti. Para ser parte de esta comunidad colectiva de journaling, solo debes actualizar tu membresía donde, por solo $10 al mes o $100 anuales tienes acceso a esta y todas las sesiones en nuestra videoteca.
Las sesiones son en vivo y quedan grabadas por si deseas verlas más adelante, y cuentan con 100% de mi guía y facilitación. La forma en la que están diseñadas es que yo te cuento un poco sobre lo que he aprendido en mi carrera sobre ese tema, y luego te ofrezco preguntas para escribir. Al final, tenemos un espacio de reflexión donde podemos compartir y escuchar –ahora que lo pienso, es la representación viva de presenciar en comunidad♥️
Si tienes preguntas o dudas, con confianza escríbeme por acá.
Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Serie
Hacks (2024)
Esta es una serie que me hace sentir de todo: indignación, sorpresa, risas, pena ajena, empatía, compasión, por nombrar algunas. Ya he recomendado anteriormente la primera temporada, pero esta segunda estuvo increíble. La premisa es una comediante senior contrata a una comediante joven para que la ayude a refrescar sus chistes, y lo que emerge es una relación caóticamente humana entre ellas dos.
Me encanta verlas juntas y espero con ansias la tercera temporada que ya la confirmaron. Disponible en Max.
Libro
Briefly, A Delicious Life (2023)
Esta novela se la había estado ojeando a un par de vloggers que sigo y en definitiva no decepcionó. Está ambientada en el siglo XV, cuando Bianca fallece a los 14 años en un monasterio y queda rondándolo como una fantasma. Casi 400 años después, George Sand y Frédéric Chopin (sí, exacto, esos mismos) habitan ese monasterio, y el fantasma de Bianca, que sigue rondando por ahí, les acompaña en su estadía. La novela se cuenta desde la perspectiva de Bianca, quien se enamora de George (y a quien, evidentemente, no pueden ver), y se encariña con su familia –intentando protegerles y guiarles desde su limitada postura de fantasma.
El hecho que sea contado por una adolescente fantasma del siglo XV me pareció un punto de vista tan original y diferente, que casi que eso me amarró de una. Lo que no me imaginé es que la novela exploraría temas tan atemporales, existenciales y humanos. Mitad novela histórica, mitad realismo mágico. A mi me fascinó, ¡recomendadísima!
Puedes adquirirlo haciendo clic abajo. (Si compras el libro con este link, donas una pequeña parte a las librerías independientes y obtengo una pequeña comisión por recomendártelo.)
Artículo
Quiz: ¿Cuál es tu estilo de amistad?
Este quiz lo encontré en Instagram y me pareció una manera tan linda de empezar a pensar en la manera como ofrecemos nuestra amistad a otras personas. Me encantó porque habla sobre cómo hay diferentes estilos de amistad y, quizás, al presenciar el tuyo, podemos reaprender cómo presenciar el de nuestras amigas y amigos. Aparte que tiene un reto de amistad de 5 días que me pareció totalmente accesible y replicable.
Puedes hacer el quiz haciendo clic abajo (link de regalo):
¿Qué has estado leyendo, escuchando o viendo recientemente que te ha encantado?
¡Desliza hacia abajo, haz clic en los comentarios y cuéntame qué me recomiendas!
♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
El amor nunca muere, solo se transforma y crece día a día.
-ALG, en respuesta a mi último correo sobre la telaraña de Cappy.
Para escribir en tu journal
- ¿Cómo se siente el acto de presenciar para ti?
- ¿Qué emoción o versión tuya te está pidiendo que la presencies?
- ¿Cómo te imaginas conectándote desde el amor con ella?
Reenvíaselo a alguien que te hace sentir segura presenciando.
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Un abrazo,
Mariana♥️
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