Desaprendiendo de los bebés👶🏼
¿Qué tal estuvo tu segunda semana del año? Espero que hayas tenido oportunidad de cerrar tus fiestas de fin de año e ir iniciando un nuevo año desde un lugar tranqui. Creo que la semana pasada aún estaba como intentando anclarme, y ya esta semana logré hacerlo un poco más. Sin importar cómo estés cerrando tu semana, espero que te estés dando permiso de reconocer dónde estás hoy. Espero que puedas practicar gratitud y encontrar chispas de felicidad en tu vida en este momento, y que las puedas compartir con tus seres queridos.
Hace algunos días estaba hablando con un buen amigo mío que es papá primerizo, y me estaba contando sobre los rituales que está haciendo con su bebita hermosa, siendo uno de ellos la rutina de sueño. La foto que me envió me hizo recordar a la delicia que era para mí cuando iba a la casa de mi hermana, Maricarmen, y dormía a mis sobrinas encima mío. Quien ha tenido a un/a bebito/a durmiéndose en su pechito sabe exactamente a lo que me refiero:
Yo le comenté que hay algo mágico que ocurre cuando un bebé se duerme encima de uno. Esa sensación de un corazoncito que palpita a la par del propio, de presenciar y vivir algo tan hermoso como es la vida, hace que el sistema nervioso central de nosotras/os como adultas/os logre estar en calma. Y, a su vez, ese sistema nervioso central en calma del adulto/a hace que el sistema nervioso central del bebé logre estar tranquilo y en paz también.
Es una cosa preciosa que me hace sentir mucha admiración sobre el ser humano y la forma en la que hemos sido diseñados. Los bebés cuando nacen son esta cosita frágil que necesitan de los adultos para literalmente sobrevivir. Y aunque no tengan el lenguaje ni el control motor para expresarnos explícitamente lo que necesitan, nos lo dicen intuitivamente con su lenguaje no verbal: se calman cuando sus necesidades son satisfechas. Y así, van calmando a la persona que está siendo responsable de ellas/os en ese momento.
De esta forma, ocurre una co-regulación mágica y hermosa, donde ambos seres humanos encuentran su propio estado del calma a través del estado de calma del otro.
Prestarle atención a la co-regulación relacional que ocurre entre bebé y su mamá/papá/cuidador primario, me hizo pensar en la co-regulación relacional que ocurre en la adultez. Me hizo pensar sobre cómo la co-regulación, en lugar de ser una característica de los bebés solamente, es realmente una característica humana. Nos necesitamos las unas y los unos a los otros para sobrevivir, y es impresionante lo mucho que ayuda una presencia honesta y en calma en los momentos de tormenta emocional. Hace toda la diferencia del mundo el simple hecho de tener a alguien que nos ofrece un espacio seguro, completo y honesto donde podemos darnos permiso para sentir.
Pero, por alguna razón, a medida que crecemos dejamos de expresar cuando necesitamos de otra persona que nos ayude a co-regularnos. Los bebés, en su gesto más espontáneo (como bien decía Winnicott), nos dicen exactamente cuando necesitan esa co-regulación: en un llanto, una queja, o un sonidito inusual que emiten. Con todo y que no tienen lenguaje, nos dicen que nos necesitan con su cuerpecito completo. Pero nosotras/os en la adultez, aún con lenguaje y todo el vocabulario emocional, ¡cómo nos cuesta expresarlo!
Más importante aún, a muchas/os (y en varias ocasiones me incluyo en esto) nos cuesta un mundo admitir que necesitamos de otras personas para co-regularnos. Crecemos llenándonos de inseguridades, miedos, ansiedades, prejuicios y estigmas alrededor del 'necesitarnos' mutuamente, y se nos olvida que es un rasgo inherentemente humano. Crecemos con la idea que 'tenemos' que atravesar este mundo solas y solos, y que lo 'tenemos' que resolver de manera independiente, cuando en realidad no tenemos por qué hacerlo. ¿En qué momento se nos olvidó sobre el potencial reparador de la co-regulación? Y, ¿es momento de desaprender esto? ¿Cómo nos vamos dando permiso de reaprenderlo?
He hablado anteriormente de esto en episodios de mi podcast (E056 para ser más específica), y la importancia de darnos permiso de necesitar las/os unas/os de las/os otras/os para sobrevivir en este mundo. Más importante aún, para vivir en este mundo. Porque yo creo que el trabajo emocional 'solo' o 'independiente' de reconocer y expresar nuestras emociones de forma sana, llega hasta cierto punto. Y, cuando llegamos ahí, el otro trabajo emocional tiene que venir desde un lugar relacional y de darnos permiso de necesitar de los demás. Sonaré como disco rayado, pero lo volveré a decir: de permitirnos ser vulnerables con los demás, y en ese proceso permitirnos ser vistas/os y reconocidas/os en nuestra honestidad emocional. Ahí es.
Mi intención con esta reflexión es invitarte a pensar sobre la forma en la que existe la co-regulación en tu vida, e invitarte a activamente construir espacios seguros donde te permitas navegar tu mundo emocional en presencia de otra persona. Y, al mismo tiempo, que puedas trabajar en ser ese ser co-regulador para tus seres queridos, también, para intencionalmente crear relaciones más simétricas en este mundo. Porque hay algo hermoso y puro en el proceso de transitar las aguas emocionales de la mano de alguien, y más bello aún cuando ese alguien nos ayuda a navegar esta vida –contra viento y marea.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
La semana pasada fueron los Golden Globes, pero no fueron televisados :(. De igual forma, compartí este post sobre una de las series nominadas que más me ha dejado pensando + reflexionando, Succession de HBO:
Si quieres darle un vistazo, haz clic aquí. Si ya la has visto, me encantaría saber qué piensas de la serie y qué resonó contigo, ¡puedes dejarme tus comentarios en el post para leerlos!
Me da tanta flojera la cultura de dieta. A tal punto, que ni siquiera sabía cómo empezar a escribir esta parte del newsletter. Me molesta que aún en el 2022 vivamos en una sociedad llena de ideales de belleza, que la gente aún comenta sobre el cuerpo de otras personas, cómo el cuerpo se reduce a una visión estética, y que nos cuesta dejar de ser víctimas de la cultura de dieta y empezar a practicar la aceptación corporal –tanto con nosotras/os mismas/os como con las/os demás.
Escuché este episodio del podcast de NPR, Life Kit, sobre lo injusta que es la cultura de dieta y creo que se me subió el ritmo cardíaco de todo lo que estaba resonando conmigo. Desde el origen del índice de masa corporal, hasta la ausencia de responsabilidad estructural que hay en esta narrativa. En fin, si es un tema que te interesa desaprender y empezar a curiosearlo un poco más, te lo súper recomiendo.
Haz clic abajo para escucharlo:
Para escribir en tu journal:
- ¿Cómo te das permiso a la co-regulación?
- ¿Con quiénes puedes poner en práctica esto?
- ¿Cómo te puedes dar cuenta que necesitas ayuda? ¿Cómo la pides?
Y con estos últimos pensamientos me despido por hoy.
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¡Espero que tengas un lindo fin de semana!
Un abrazo,
Mariana♥️
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