Compasión hacia mi cringe😖
Hoy no tengo una introducción elaborada, más bien me gustaría ofrecerte algunas preguntas de journaling para reflexionar sobre tu semana. Puedes pausar tu lectura, poner este playlist (que es el más reciente que hice para nuestro club de journaling, acompañar) y tomarte un momentito para escribir libremente sobre cómo estás cerrando tu semana:
¿Qué estuvo bien esta semana? ¿Qué sí hubo o tuvo la misma?
¿Cómo se siente notar esto?
¿Qué me funcionó esta semana?
Completa esta frase: Me siento agradecida esta semana porque...
¿Qué podría haber sido diferente esta semana?
¿Cómo puedo incorporar ese hallazgo en mi intención de la próxima semana?
Completa esta frase: Cuando pienso en mi semana, noto que este fin de semana necesito...
Me encantaría saber si hiciste este ejercicio de journaling y cómo se sintió para ti. El journaling es un hábito muy poderoso que, mientras más lo practicamos, más se ejercita y más habitual se puede volver para nosotras y nosotros.
En el news de hoy, escribo sobre lo importante que es ser compasiva/o con nuestras versiones anteriores:
- 🫶Lo reparador que puede ser extendernos compasión
- 👩🏻🏫Te cuento sobre los más recientes talleres que dicté
- 📓Te invito a nuestra próxima sesión en vivo en acompañar
- 📰Te cuento mis recomendaciones –la obra que me movió fibras emocionales profundas; el especial de comedia con el que no me dejé de reír; y el podcast que evocó muchas reflexiones.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
El domingo pasado subí una historia de Instagram donde salía cocinando unos pancakes –mi desayuno favorito para los domingos lentos. En la imagen que subí, compartí una de mis ediciones anteriores, "La repostería del mundo interno", que publiqué en marzo de 2022 –hace aproximadamente dos años. Cuando lo compartí, me dio por leer lo que había escrito, lo que me hizo notar el tono con el que había escrito el resto de esa edición. Notar esto me hizo sentir una incomodidad que se materializó en: sacudir la cabeza, tensar los hombros, y arrugar la cara –como si no quisiera ver lo que estaba viendo. Y, ahí estaba, tan evidente y tan incómodo como lo que estaba sintiendo: cringe.
El cringe es una mezcla entre bochorno y pena; es como si Desagrado, la de Intensamente, estuviera al mando en nuestra torre de control emocional. Leer el tono de mi newsletter de hace dos años –presenciar a mi versión de hace dos años– me resultó profundamente incómodo. Y, ojo, no es que me avergüenzo de lo que escribí, o si hoy en día no estuviese de acuerdo –porque lo estoy, y me enorgullece la reflexión que compartí. Es más bien el asombro, confusión y pena de encontrarme con una escritora algo distinta a la que soy hoy en día.
A veces se me olvida que tengo 8 años creando contenido digitalmente. Hace 8 años publiqué mi primer post de Instagram, y fue el inicio para todo lo que siguió posterior a eso: mi blog, mi podcast y hasta este newsletter –que, en definitiva, también ha crecido y se ha ido transformando conmigo. Leer esas primeras entradas de mi blog, escuchar esos primeros episodios de mi podcast y presenciar esas primeras ediciones de este newsletter es encontrarme con una versión mía que ya no reconozco, y eso a veces se puede sentir extraño e incómodo.
Sentí cringe porque me encontré con oraciones que quizás no escribiría de esa forma hoy en día. Sentí cringe porque me encontré viendo elementos en esas ediciones que ya no son parte de este espacio hoy en día. Sentí cringe porque me encontré deseosa de salir cuanto antes de la edición, para dejar de leer lo que había escrito.
Y sentí tristeza al presenciarme sintiéndome de esa forma.
Me sentí triste porque recuerdo perfectamente a la Mariana de marzo de 2022: finalmente estaba empezando a dejar de sentirse en duelo de haber culminado su capítulo en Edimburgo. Finalmente, estaba empezando a sentir que su cuerpo, su mente y su corazón estaban en el mismo lugar, y no dividido en dos continentes. Finalmente, se estaba apropiando del aquí y ahora y el presente. Esa Mariana estaba empezando su nueva vida al regresar de su maestría, y esa edición fue uno de sus primeros ensayos de la nueva dirección que le quería dar a este espacio.
Sin esa edición, esta edición no se estaría viendo así.
Sin esa Mariana, esta Mariana no estaría escribiéndote ahora mismo.
Pensar en ella, me hace pensar en todas las versiones anteriores que han creado contenido que quizás hoy en día me da un poco de cringe. Tener que deslizar hacia abajo tanto para encontrar uno de los primeros posts de Instagram que publiqué, es muestra de todo el tiempo que he estado motivada a compartir lo que hay en mi mente. Encontrarme confundida con el estilo de escritura de la Mariana de 2017 cuando escribió su primer artículo online, es muestra del tiempo que he estado ejercitando mi músculo escritor. Notarme confundida con las diapositivas de las presentaciones que diseñaba la Mariana del 2018, es muestra de la experiencia que he ganado diseñando y facilitando espacios psicoeducativos. Sentirme incómoda cuando escucho las palabras que elegía la Mariana del 2019 cuando publicó su primer episodio del podcast, es muestra de mi crecimiento y transformación.
Sentir cringe por mis versiones pasadas es muestra de las múltiples formas en las que me he ido transformando a lo largo de los años –y mientras más lo pienso, más que pena o bochorno, merece gratitud y compasión.
En la edición pasada, escribí sobre cómo las emociones pueden ser oportunidades –y el cringe no es la excepción a esta perspectiva. Cuando sentimos cringe hacia nosotras mismas y nosotros mismos, en particular a las versiones pasadas que tuvimos y las decisiones que tomamos, es una oportunidad para notar cuánto hemos cambiado. Es una oportunidad para agradecerle a esas versiones anteriores por la valentía, de haberse atrevido a hacer las cosas de esa maneras; por la determinación, de confiar en sí mismas y mismos y llevar a cabo algo, por la emoción e ilusión que sintieron, que les motivó a accionar; por la confianza en sí mismas y mismos, que les llevó a ser vulnerables y atreverse a arriesgar algo; y, por la autenticidad, de honrar sus deseos en ese momento.
Sentir cringe por mis versiones anteriores me brindó la oportunidad para transformar esa sensación en compasión. Porque lo que cada una de esas versiones siempre quiso hacer es enorgullecerme, y solo por ello se merecen todo mi respeto y mi compasión. Sentir cringe pone en evidencia mi humanidad, mi espontaneidad y mi intento constante por ser lo más congruente posible en ese determinado momento. Sentir cringe por mis versiones anteriores me brinda la oportunidad de sentir admiración por cada una de esas Marianas que se atrevió a compartir su voz –desde donde sea que estaba en ese momento.
Mi intención con la reflexión de hoy es, tal y como dice el título de la edición, invitarme e invitarte a extenderle compasión a ese cringe. Yo usé mi experiencia e identidades digitales como ejemplo en esta edición, e imagino que en tu historia se puede ver distinto. Quizás lo que mirar tus versiones anteriores evoca es vergüenza o culpa –y son precisamente esas partes las que más compasión y ternura radical merecen. Hicieron lo mejor que pudieron con lo que tenían, y me puedo imaginar que te dejaron de herencia lecciones, hallazgos y sabiduría que guían tu vida hacia un lugar más sano, más congruente, más tú. ¿Acaso no es eso algo para agradecerles?
Encontrarnos en desacuerdo con nuestras versiones pasadas es un regalo que ellas nos han dado –porque cada una, con sus torpezas humanas y encantadoras, no dejaron de moverse para que estemos aquí hoy. Que rico es encontrarme con ellas con la misma alegría de encontrarme con una vieja amiga que. aunque ya estemos en páginas distintas y seamos versiones distintas, el cariño, amor, aprecio permanece igual. Que rico es abrirles las puertas a mi vida hoy en día, para que vean lo que hay gracias a ellas –lo que soy gracias a ellas. Que rico es permitir a todas estas versiones co-existir en mi mundo interno, como personajes históricos que fueron trascendentales para la historia de la vida que estoy creando. Y que rico que, a través de la compasión que les extiendo a ellas, le enseñan a las versiones que vienen cómo extenderme lo mismo cuando se encuentren con esta versión en el futuro.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
¡Gracias ELC!
Esta semana tuve el placer de compartir con el equipo de Esteé Lauder Companies en dos talleres de journaling corporativos: Liderando desde la Vulnerabilidad, especialmente dirigido a líderes de equipos para equiparles con herramientas de un liderazgo sensibilizado; y Navegando mis emociones, con el objetivo de rescatar la importancia de permitirnos sentir y reconocer nuestras emociones.
Fue una valiosa experiencia para escuchar los retos con las que personas se encuentran en ambos de estos temas en el plano laboral, y fue hermoso escuchar cómo hicimos sentido de todo lo que desaprendimos y reaprendimos en esas sesiones. ¡Gracias por la confianza!
Por acá puedes leer más información sobre estos espacios.
Pensemos juntas y juntos sobre Intensamente 2
Estaremos arrancando este Q3 de acompañar con una sesión muy especial: reflexionando sobre los temas de salud mental en Inside Out 2. La peli está llena de perlitas de sabiduría sobre las emociones y la experiencia humana, como tal, ¡y tengo muchas ansias de co-descubrir estas perlitas contigo!
¡Únete hoy por solo $10 al mes para ser parte de nuestra próxima sesión en vivo!
Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Teatro
Querido Evan Hansen (2024)
Fui invitada a la noche de estreno del musical Querido Evan Hansen (adaptado del exitoso musical de Broadway y ganador de seis premios Tony, Dear Evan Hansen). Si bien había escuchado el soundtrack anteriormente y sabía de la premisa de la historia, no me esperé encontrarme con una puesta en escena tan conmovedora como la que vi. Es una historia humana con necesidades y desafíos emocionales que son parte de nuestra experiencia humana: deseo de pertenecer, necesidad de sentirnos vistas y vistos, ansias de conexión, nuestra inherente torpeza humana, cómo todas y todos navegaremos dolor a lo largo de la vida, y la empatía y compasión necesaria para hacer de este tránsito por este mundo como algo un poco menos solitario y doloroso.
El teatro es una vía a través de la cual podemos conectarnos con nosotras mismas y nosotros mismos, porque nos presentan con personajes que se convierten en un espejo de nuestras experiencias emocionales. El trabajo que hizo el elenco de la obra fue impecable –al punto que difícilmente podía terminar mis felicitaciones hacia ellos al final de la obra, sin que mis ojos volvieran a llenarse de lágrimas. Terminé profundamente conmovida y asombrada del talento que hay aquí. ¡Que maravillosa oportunidad nos regalan de conectar con nuestro mundo interno!
La obra estará hasta el 21 de julio en el Teatro Nacional, puedes adquirir tus boletos aquí y ver más sobre la obra acá.
Especial de Comedia
Hannah Einbinder: Everything Must Go (2024)
Soy fan de Hannah Einbinder desde que la vi por primera vez en Hacks, una serie de comedia que he recomendado anteriormente por acá. Su humor me parece tan espontáneo, auténtico, relevante, humano e inteligente. Me mata de la risa el personaje que hace en Hacks, y obviamente apenas vi los clips de su especial de comida, supe de inmediato que tendría que verlo –y no decepcionó para nada!
Entremezclando temas sociales importantes como cambio climático, feminismos y sexualidad, Einbinder hace un trabajo magistral en darnos un especial de comedia que muestra sus dotes de actuación, también. Mi invitación es: mírate algunos clips (como este y este) y si te llama la atención, pídete tu pizza favorita y sírvete tu vino/kombucha/agua con gas/cervecita de preferencia y disfruta del show.
Disponible en Max.
Podcast
The Therapy Episode (Critics At Large)
Este podcast lo descubrí gracias a mi amigo Juan Diego, y es una mesa redonda donde críticos literarios se reúnen a hablar sobre diferentes temas. En uno de los más recientes episodios, discuten la eficacia de la psicoterapia e incluso, las representaciones ficticias de psicoterapeutas en series y películas, y cuánto se asemeja o no a la realidad de la psicoterapia.
Disfruto mucho leer o escuchar piezas que se dedican a resaltar los puntos ciegos de mi profesión, porque me dan un pedazo de la información que no siempre tengo a la mano y que me es útil para enriquecer mi experiencia. En este episodio, hablan sobre la popularidad del lenguaje terapéutico y lo peligroso, reduccionista e invasivo que puede ser cuando se utiliza fuera de la consulta (sobre el que he comentado anteriormente por acá), así como lo limitado que puede ser el espacio terapéutico. Pero, lo más interesante, fue escuchar sobre la experiencia vivida de uno de los anfitriones del podcast quien hablaba sobre el temor (muy válido, por cierto) que siente al considerar empezar psicoterapia.
Un episodio reflexivo con mucho para pensar –particularmente recomendado para mis colegas. Puedes escucharlo aquí.
¿Qué has estado leyendo, escuchando o viendo recientemente que te ha encantado?
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♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
Creo que la quietud es el mejor espacio para que las emociones nos hablen y nos enseñen, porque allí nace la creatividad.
-DM, en respuesta a mi última entrada "Las emociones como oportunidades"
Para escribir en tu journal
- ¿Qué versiones pasadas tuyas te evocan cringe?
- ¿Qué puedes reconocerles hoy que te heredaron a tu versión actual?
- ¿Cómo puedes transformar este cringe en gratitud y compasión hacia ti misma?
Reenvíaselo a alguien que mira tus versiones pasadas con tanto amor, que el cringe no puede sobrevivir.
Si estás visitando, recuerda suscribirte aquí.
Un abrazo,
Mariana♥️
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