Realizaciones recibidas con amor🫰🏼
adentro es un newsletter semanal gratuito donde comparto reflexiones, curiosidades, sensaciones y emociones que han estado rondando en mi mente –con la esperanza de evocar una chispa reflexiva en ti, también.
Si lees algo aquí que te movió o resonó contigo, te invito a compartirlo a través de tus redes sociales y/o con alguien a quien crees que le puede gustar. Y, si quieres trabajar esta chispa reflexiva conmigo, te invito a que te suscribas a mi club de journaling, acompañar, donde una vez al mes nos reunimos virtualmente para hacer journaling en comunidad.
Gracias por estar aquí, significa mucho para mí♥️
No sé si han sido los días lluviosos –aunque en el mejor estilo de impredictibilidad meteorológica de Panamá, estoy escribiendo esta edición con el cielo más azul y claro que he visto en toda la semana– o la conciencia que hay una parte del mundo que está disfrutando el otoño, pero he estado demasiado antojada de hornear unos muffins de manzana con canela. Creo que los haré este fin de semana, y esta es la receta que he estado ojeando por si acaso también te antojé a ti.
En el news de hoy, escribo sobre una frase de Lisa Olivera que ha estado en mi mente toda la semana:
- 🫰🏼La interpretación y mirada que elegí darle
- 🔜Te comparto el calendario oficial para el Q4 de acompañar
- 📰Te cuento mis recomendaciones –la serie que fue exactamente lo que mi adolescente interna necesitaba.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
Este lunes, como es de costumbre, me encontré sumergiéndome en el más reciente ensayo del newsletter de Lisa Olivera. Me fascina el estilo poético con el cual escribe, y siempre encuentro un efecto medicinal en sus escritos: sus palabras encajan a la perfección con partes de mi psique y mundo interno que ansiaban ser reconocidos y descritos. En su edición más reciente, específicamente, me encontré con una pregunta que me ha dejado pensando:
¿Podemos encontrarnos con nuestras realizaciones desde un lugar amoroso?
Hace alguna ediciones, escribí sobre el proceso alquímico que ocurre en el mundo interno cuando tenemos estas realizaciones y descargas del inconsciente. Freud –una figura controversial de la que jamás nos podemos esconder o escapar– inició su método de psicoanálisis a partir de esa premisa: mientras más permiso y libertad me doy de narrar sobre los pensamientos que van apareciendo en mi mente, más espacio estoy creando para que emerjan los deseos, miedos, angustias y necesidades que se albergan en el inconsciente.
Freud le llamó a esta descarga del inconsciente "insight": un entendimiento intelectual y emocional que ofrece algún tipo de claridad sobre el por qué algo ocurrió de la manera en la que lo hizo; una realización donde finalmente algo hace clic. En psicoterapia, este tipo de realizaciones ocurren con frecuencia, porque a medida que hablamos sobre lo que pensamos y sentimos –en un ambiente que nos acepta desde una curiosidad amorosa, y que no nos hace sentir juzgadas ni culpables por aquello que hay en nuestra mente– vamos creando un hilo conductor que nos acerca a un mayor entendimiento de nosotras mismas y nosotros mismos.
Algunas veces, esas realizaciones se sienten como algo que ilumina; como una pieza del rompecabezas que embona perfectamente con el espacio disponible provocando una profunda sensación de alivio. Otras veces, esas realizaciones se sienten como algo confuso; como encontrar el ingrediente extraño y raro que pedía la receta, pero sin tener la más mínima idea de cómo usarlo. Otras veces, esas realizaciones evocan algo de vergüenza; como cuando te das cuenta que has estado pronunciando una palabra de manera equivocada toda tu vida. Otras veces, esas realizaciones se sienten angustiantes; como identificar el daño que explica por qué la tubería ha estado goteando hace meses, porque requiere un trabajo extenso y profundo de reparación. No todas las realizaciones, por más claridad que traigan, se sienten igual –lo cual puede hacer que se sienta desafiante recibirlas a todas con la misma apertura.
Cuando leí la pregunta que ofrece Lisa Olivera –"¿podemos encontrarnos con nuestras realizaciones desde un lugar amoroso?"– eso fue lo primero que pensé. En lo difícil que se puede sentir, a veces, recibir nuestras realizaciones desde un lugar amoroso; en especial, si las realizaciones están atadas a historias de profundo dolor. Las realizaciones nos empujan a ganar conciencia, a movilizar un cambio, a hacer las cosas de manera diferente –y, a veces, eso puede sentirse incómodo. A veces, las realizaciones nos asustan. A veces, las realizaciones nos entristecen. A veces, las realizaciones nos confunden. Y a veces, es difícil encontrarse con estas emociones desde un lugar de amor y ternura.
Pienso en todo lo que tuvo que pasar para que yo tuviese esa realización: las emociones que se tuvieron que mover, las experiencias que se tuvieron que vivir, la sabiduría que se tuvo que incorporar, las lecciones que se tuvieron que aprender, y la incomodidad que se tuvo que generar. Pienso en todas mis versiones pasadas que, diligentes como hormiguitas, siguieron haciendo el trabajo que tenían que hacer de cuestionar y desaprender para que finalmente yo pudiese entender algo.
¿Cómo no acercarme desde el amor a esas versiones y la magnífica labor de cuidado, paciencia, esmero y dedicación que realizaron para que esa versión futura pudiese tener claridad? ¿Cómo no acercarme desde el amor a la claridad que buscaron para que yo pudiese tomar decisiones concientes que me permitiesen vivir una vida más alineada conmigo? ¿Cómo no acercarme desde el amor a ese entendimiento que quizás tengo que hacer las cosas de una manera diferente? ¿Cómo no acercarme desde el amor a las realizaciones que, al final del día, buscan acercarme a mi misma?
Admitir y aceptar nuestros más profundos miedos, deseos, necesidades y angustias es una labor llena de amor. Nos acerca a la parte más honesta de nuestro mundo interno, de esa que no podemos escapar –y que si estás suscrita o suscrito a este newsletter, me atrevo a asumir que es una parte de la cual te rehusas escapar. Las realizaciones son una evidencia concreta que estamos prestando atención a nuestra evolución; es un empujoncito a auto-actualizarnos.
Encontrarnos desde el amor con nuestras realizaciones es encontrarnos desde el amor con la parte más sabia de nuestra psique; esa parte que sabe. Encontrarnos desde el amor con nuestras realizaciones es encontrarnos con nuestra mente y nuestro cuerpo desde la gratitud porque nos están cuidando. Encontrarnos desde el amor con nuestras realizaciones es tratarlas con reverencia, por más incómodas que sean, porque nos están acercando a una vida congruente e intencional –y eso en sí, es un acto de profundo amor.
Gracias por tu atención y presencia, lo aprecio muchísimo.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
Creo que hice mi sesión favorita de acompañar
Después de casi tres años de acompañar –en la sesión #32 de acompañar para ser exacta– creo que hice mi sesión favorita: sanando mi relación con mi cuerpo. Contra todo pronóstico, porque la semana pasada me resfríe y temí que no podría guiar la sesión porque tosía aproximadamente cada 10 minutos, tuvimos una sesión de journaling de ensueño: empezando por una meditación guiada para hacer un escaneo corporal y aterrizar nuestra intención para la sesión, una conversación abierta y vulnerable sobre la conexión con nuestro cuerpo desde su multi-dimensionalidad, dos sesiones de journaling con preguntas jugosas para mirar a nuestros cuerpos con ojos diferentes, y una reflexión grupal sobre cómo fue la experiencia. Fue absolutamente hermoso el espacio, y no fui la única que lo pensó:
Afortunadamente, esta sesión, como absolutamente todas en acompañar, quedó grabada y almacenada en nuestra videoteca digital –con excepción de la reflexión grupal que, precisamente para preservar la confidencialidad y vulnerabilidad de lo que se comparte, está reservada para nuestras sesiones en vivo. Así que si te llamó la atención, te invito a que actives tu membresía pagada para que puedas experimentar este espacio reflexivo tan bonito que estamos creando.
Lo que viene en acompañar para el fin de año...
Y, mientras nos acercamos al fin de año, me entusiasma y emociona compartir nuestro calendario para estos últimos meses del año –un calendario de temas pensados o co-creados con las maravillosas personas que ya son parte de esta comunidad de journaling.
- OCTUBRE / conectando con mi intuición - para conectar con nuestra sabiduría interna; esa parte más íntima que sabe.
- NOVIEMBRE / mirando con compasión mi 2024 - para empezar a hacer un balance de nuestro año, abriendo el espacio para la gratitud y aceptación de lo que fue... y no fue.
- DICIEMBRE / incorporando calma y espacio en las fiestas de fin de año - para crear intencionalmente bolsillitos de quietud y calma entre el ruido (externo e interno) que trae consigo las fiestas de fin de año.
Para participar, solo debes activar tu membresía pagada, que puede ser de $10 mensuales (pago automático recurrente) o de $100 anuales (un solo pago una vez al año). ¡Te espero!
Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Series
Nobody Wants This (2024)
Ya sabíamos que esto venía –por acá les dejé un abreboca de por qué disfruté tanto esta serie. En el 2002 conocí a Adam Brody por primera vez como Dave, el novio secreto de Lane en Gilmore Girls –y si bien me llamó la atención, desafortunadamente no estuvo tanto tiempo en la serie para mantenerla. En el 2003, lo volví a ver, pero esta vez como el geek amante de música y cómics Seth Cohen en The O.C., y eso fue suficiente para que una Mariana de 13 años le entregara su corazón a un personaje ficticio. 20 años después, Adam Brody lo hace de nuevo, esta vez como el "hot rabbi" Noah en Nobody Wants This: evocando la misma sensación de giddiness que sentía en mi adolescencia (no hay traducción precisa en español para esta emoción, y me rehuso a usar "mareada").
Como les comenté en el post, esta serie muestra a dos seres humanos que están intentando hacer las cosas de una manera distinta. Es encantadora, ligera y esperanzadora, y el playlist está increíble, lo he estado escuchando toda la semana. Pero, más allá de la historia escrita y dirigida desde una perspectiva femenina, el momento exacto en el que esta serie se ganó mi corazón ocurrió en el episodio 7: ese Mean Girls crossover narrado por Adam Brody que no tenía idea que era justo lo que mi adolescente interna necesitaba.
En fin, recomendadísima para algo ligero y cómico y efervescente. Y, si quieres complementarlo con alguna lectura, te dejo dos: una que aborda las críticas que ha recibido y otra que aborda las reseñas positivas que ha recibido –me parece sano leer ambas para enriquecer ese pensamiento crítico. Disponible en Netflix.
¿Qué has estado leyendo, escuchando o viendo recientemente que te ha encantado?
¡Desliza hacia abajo, haz clic en los comentarios y cuéntame qué me recomiendas!
♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
Sabes que justo eso que deseas transmitir es lo que siento cuando leo tus newsletter, calma, es mi momento de bajar las revoluciones de la semana. Y precisamente me encanta que este espacio sea masticablemente lento y un espacio de reflexión.
-AB, en respuesta a mi más reciente entrada "El lujo de un cuerpo en calma"
Para escribir en tu journal
- ¿Qué realizaciones están atravesando en este momento de tu vida?
- ¿Cómo puedes encontrarte con ellas desde un lugar amoroso?
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Un abrazo,
Mariana♥️