Las emociones como oportunidades💡
A veces me siento ambivalente sobre las semanas cortas. Por un lado, es rico tener un fin de semana largo –como un domingo extra que te regala la vida. Y por otro lado, me noto preguntándome el resto de la semana, "¿qué día es que es hoy?". Identificar esta dualidad me hace sentir compasión por los lunes: el día más demonizado de la semana, que también resulta ser extremadamente necesario. Los lunes nos permiten una transición del ocio y descanso a la productividad –ambas instancias cruciales en nuestra vida.
Puedo imaginar que nuestras emociones frente a los lunes es el resultado de la presión y expectativa que tiende a haber sobre ese día. Mi amiga Dani subió una vez una historia que nos invitaba a conectar con hacer de los lunes un día de "mínimo esfuerzo". Y me hace mucho sentido. Creo que, a veces, se espera que los lunes estemos automáticamente listos para entrar de una a la faena, cuando quizás los lunes pueden ser un espacio liminal. Quizás ahí está la magia de ese día: una ventana para prepararnos a la conexión con nuestra identidad productiva y laboral, que también es esencial para nuestra salud mental.
No sabía que la intro de la edición de hoy resultaría en una reivindicación de los lunes –pero no me molesta. ¿Cómo puedes darle una energía liminal a tus lunes? Te lo dejo de reflexión.
En el news de hoy, escribo sobre las oportunidades que hay dentro de las emociones:
- 💡Lo iluminador que puede ser verlas con esta perspectiva
- 👩🏻🏫Te cuento sobre los nuevos espacios (congruentes y emocionantes) que estoy ofreciendo
- 📓Te comparto el calendario de Q3 para acompañar, nuestro club de journaling
- 📰Te cuento mis recomendaciones –la serie que resultó como una linda sorpresa; y el artículo que me recordó mucho al newsletter pasado.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
Es impresionante que tengo 16 años estudiando de manera formal a las emociones, y aún sigo desaprendiendo y reaprendiendo sobre ellas.
A lo largo de mis años de estudios, hay dos libros que uso como referencia al menos una vez a la semana: Permission to Feel del Dr. Marc Brackett y Atlas of the Heart de la Dra. Brené Brown. Para sorpresa de nadie, son los dos libros que siempre me encuentro recomendando para empezar a curiosear sobre nuestras emociones. Es más, fueron mis dos libros ancla en el desarrollo de mi curso "(re)conociendo", un curso completamente dedicado a reaprender a amistarnos con las emociones y encontrar los valiosos mensajes que hay detrás de ellas –y un espacio que espero volver a lanzar muy pronto.
El primero, Permission to Feel, es el libro perfecto para entender el valor detrás de darnos permiso para sentir. Y, el segundo, es una biblia de las emociones: te explica la importancia, valor y mensaje detrás de la amplia gama de emociones humanas. Es una invitación para ver a las emociones como oportunidades.
Hace dos ediciones, escribí sobre el acto amoroso de presenciar. Mi intención en esa edición era evidenciar la amplitud que empieza a tener el mundo interno cuando re-dirigimos nuestra energía a simplemente notar y presenciar nuestras emociones desde el amor. Para mí, esta es la definición de extendernos gracia: notar esas emociones y aceptarlas como un mensaje valioso que nuestro mundo interno está intentando extendernos. Al final, por ahí va la peli de Intensamente, ¿no?: reconocer la importancia y espacio que todas las emociones tienen en nuestra vida.
Pero, qué difícil es a veces recordar esto.
Es difícil porque nos peleamos con ellas. Nos resistimos a ellas. Sentimos la tentación de ignorarlas. Deseamos distraernos de ellas. Las queremos resolver. Nos impacientamos con ellas. Las apuramos. Las queremos esconder. Las embotellamos. Imponemos a unas sobre las otras. Las somatizamos en el cuerpo. Explotan en nuestras relaciones. En fin, cuánto nos cuesta simplemente presenciarlas.
Y, cuán valioso puede ser simplemente notarlas, precisamente porque al compartirles nuestra atención, podemos aceptarlas y así descubrir los mensajes que tienen para nosotras. Aceptar nuestras emociones nos permite aprovechar las oportunidades que las mismas traen.
Esta semana estaba en un cafecito trabajando. Como suele pasar, escuchaba alguna de mis listas de reproducción de música instrumental que me permiten conectarme con mi creatividad y entrar en el flow del trabajo que estoy haciendo. Estuve así como por una hora, hasta que mi cuerpo me fue alertando que tenía sed. Me quité mis audífonos y, casi de manera automática, me dirigí a rellenar mi botella de agua –ignorando por completo mi entorno y lo que ocurría en el afuera (que no es poco común cuando entro en estas fases de concentración). Y, como si me estuviesen despertando de un hechizo, la escuché: en el cafecito, estaba sonando la canción de mi papá, Que Manera de Quererte, en una versión que jamás había escuchado antes.
El duelo es escurridizo y te toma por sorpresa en los momentos que menos te lo imaginas –como estar en plena sesión de trabajo, casi que en un trance creativo. Paralelamente, se me llenaron los ojos de lágrimas y se me formó una sonrisa suave en el rostro. El dolor es amor, me dije a mi misma. Porque lo es. Lo extraño como jamás he extrañado a alguien, y es tan hermoso sentir su amor, ahora de una manera diferente. "El dolor es amor" es un mantra que mencioné en ese mismo newsletter del acto amoroso de presenciar, y que no sería posible ver si no estuviese aceptando sentir el vacío y la tristeza de su ausencia.
Notar la tristeza me da una oportunidad de presenciar el dolor, lo que a su vez me da una oportunidad de aceptarlo, y lo que finalmente es una oportunidad de conectarme con el amor detrás del dolor.
El dolor me da una oportunidad de sentir el amor.
Absolutamente todas las emociones traen oportunidades: sentir alegría nos ofrece una oportunidad de conectar con la gratitud; sentir tristeza nos ofrece una oportunidad de permitir el dolor; sentir enojo nos ofrece una oportunidad de validar y reconocer algo que se sintió injusto; sentir miedo nos ofrece una oportunidad de honrar la incertidumbre. Hablo de algo muy similar en el E073 de DesAprendiendo, donde exploro por qué hablar de nuestras emociones.
Las emociones pueden ser oportunidades si –y solo si– tenemos la valentía de presenciarlas.
Las emociones tienen una naturaleza irracional, son innatas, son parte de nuestra humanidad y son mensajeras. La energía vital que tenemos es limitada y podemos usarla para una de dos cosas: pelearnos con ellas (no lo recomiendo) o aceptarlas en nuestra vida para escuchar qué nos quieren decir (10/10 lo recomiendo). Cuando las aceptamos, podemos desempacarlas, entenderlas, cuestionarlas, ofrecerles perspectiva y, con mucha práctica, aprender formas sanas de manejarlas. Pero para poder descubrir el potencial de oportunidad que cada una guarda, el primer paso siempre será darnos permiso de presenciarlas. Para sentirlas. Para aceptarlas. Para honrarlas. Para agradecerles.
Mi intención con la reflexión de hoy es ofrecerte la noción que en nuestras emociones hay oportunidades para sentir, vivir, amar y relacionarnos de maneras que jamás imaginaríamos sean posibles. Que bonito es presenciar sin intentar arreglar –que gesto de amor tan lleno de gracia. Las emociones pueden ser nuestras maestras más sabias –que no se cansan de enseñarnos lecciones nuevas, incluso si ya nos han tenido 16 años formalmente en su aula. Pero hay que permitírselos. Quizás por ahí va lo de hoy: permitirnos sentirlas, les permite enseñarnos. ¿Qué tan abiertas y abiertos queremos estar para sus mensajes? Como siempre, gracias por leerme.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:
Talleres de journaling corporativos
En pandemia, empecé a sentirme incómoda con ofrecer charlas y talleres masivos, por varias razones. En primer lugar, sentía que estas charlas podían ser una curita –un paliativo– a los problemas estructurales y sistemáticos que podrían haber en una empresa (traducción: ¿de qué vale dar una charla sobre el manejo del estrés a colaboradores si la empresa tiene políticas de salud mental obsoletas y disfuncionales?). En segundo lugar, no me sentía cómoda con la postura "tradicional" de charla: yo, la experta, hablo por una hora, sin dejar espacio para que las personas hagan sentido de los temas y compartan sus puntos de vistas/hallazgos/dudas sobre el mismo. En tercer lugar, me dejé de sentir cómoda con la postura "práctica" que muchas empresas piden de estos espacios ("dinos qué hacer", "enséñanos herramientas"), y me empecé a sentir más cómoda con una postura "reflexiva" ("muéstranos la teoría y ofrécenos el espacio para co-descubrir cómo aterrizarla en nuestra vida y nuestras experiencias").
El problema –nuevamente la ambivalencia– es que me encanta compartir en espacios así. Me encanta hablar en público, enseñar, conectar, compartir, escuchar y co-descubrir.
Todo esto para decir que, después de más de 10 años ofreciendo charlas y talleres corporativos, finalmente me siento cómoda con la manera como diseño estos espacios psicoeducativos. Finalmente, he logrado diseñar espacios que mezclen dos criterios importantes para mí: compartir mi experticia, y a la vez, dejar espacios abiertos para que las y los participantes hagan sentido del contenido con su propio experiencia. Porque si bien soy quien maneja el conocimiento teórico, nadie más que las propias personas manejan el conocimiento experiencial y subjetivo de sus propias vidas. Finalmente, estoy a gusto con mi rol de facilitadora.
Me siento muy afortunada y agradecida de trabajar con empresas que confíen que este tipo de contenido es valioso, y que cuyos valores embonen con los míos. La semana pasada tuve el honor de dictar un taller de journaling para Fundación Ciudad del Saber sobre la relación entre el dinero y las emociones (mismo que estaré dictando en acompañar este Q3, ¡abajo te cuento más!), y que rico fue pensar en comunidad sobre el alcance de este tema a nivel emocional.
Otros temas que he incorporado en espacios así incluyen:
- Cómo liderar desde la vulnerabilidad
- El manejo de conflictos
- La importancia de la comunicación empática
- Para qué cuidar nuestras emociones
- La carga invisible de las mujeres
- Entre otros
Si esta filosofía de trabajo o espacios psicoeducativos resonaron contigo, me encantaría que exploramos la posibilidad de trabajar juntos. Déjame un correito aquí para que agendemos una llamada y lo descubramos.
¡Te veo en mi inbox!
Las sesiones que vienen en el Q3...
Estoy muy emocionada de anunciar las sesiones que serán parte del Q3 de acompañar, y los temas que estaremos explorando juntas y juntos durante nuestra sesiones en vivo de los meses de julio, agosto y septiembre:
Ya tengo demasiadas ideas de lo que quiero hacer con cada uno de estos temas, y tengo demasiada curiosidad de escucharles hacer sentido de los mismos. ¡Únete hoy por solo $10 al mes para ser parte de nuestra próxima sesión en vivo y recibir acceso inmediato a nuestra videoteca de todas las sesiones que hemos tenido!
P.D: te dejé este mini vlog en TikTok esta semana para que tengas un pantallazo de cómo se ven estas sesiones para mí. Ahí voy aprendiendo cómo hacer este tipo de vlogs, ¿será que hago más?
Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Serie
Loot (2023)
No sé cómo empecé a ver esta serie, pero no pude detenerme después del primer episodio. La premisa es la siguiente: a raíz de su doloroso divorcio, Molly se convierte en una multi-millonaria con demasiado dinero y demasiado tiempo libre. Mientras descubre cómo se ve su nueva vida, también se entera que tiene una fundación en completa operación. En un deseo de ocupar su tiempo, se empieza a involucrar cada vez más en la fundación –lo que, a su vez, implica descubrir su privilegio y poder en un mundo notablemente desigual.
Es una comedia con grandes lecciones sobre la democratización del dinero, así como importantes preguntas sobre la necesidad de tener multi-millonarios en este mundo (¿?). En fin, tiene dos temporadas en Apple TV+ y, ¡ojalá que sí la renueven para una tercera temporada!
Artículo
On Ambivalence (Poetry Magazine)
Muy en sintonía con la edición de la semana pasada del newsletter, me topé con este ensayo sobre la ambivalencia publicado en el Poetry Magazine de Poetry Foundation. En el mismo, la autora resalta el valor de notar la ambivalencia en nuestra vida: una voz para nuestras vidas reales, así como para nuestras vidas paralelas. Es una celebración a los "y a la vez" y a los "sí, y..." que tanto me gusta incorporar. La autora finaliza con una hermosa línea: "es el trabajo de la poesía lírica excavar el insight de las tinieblas y responder el caos con gracia."
¿Hay algo más bonito que la poesía? Puedes leerlo haciendo clic aquí.
¿Qué has estado leyendo, escuchando o viendo recientemente que te ha encantado?
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♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
Inevitable sentir nostalgia, pensar en lo que pudo ser, pero al mismo tiempo pensé en aceptar mi presente como es con agradecimiento y amor. La vida sigue… Gracias!
-MP, en respuesta a mi última entrada "La fantasía de una vida paralela"
Para escribir en tu journal
- Escribe sobre las emociones que has notado en ti esta semana
- ¿Cómo se siente sentirlas y pasarlas por el cuerpo?
- ¿Qué oportunidades estamos notando en ellas?
Reenvíaselo a alguien que te de la confianza de explorar las infinitas posibilidades que hay en tus emociones.
Si estás visitando, recuerda suscribirte aquí.
Un abrazo,
Mariana♥️