El mundo interno va a su ritmo⏳

Seth Cohen y su energía son atemporales.

Penúltima semanita de la semana: ¿cómo vas? Espero que en el ruido y bullicio del mundo externo, estés pudiendo sostener calma y presencia. Sé que a medida que vamos cerrando el año, la urgencia es palpable en el aire, y al riesgo de sonar como un disco rayado: aún tenemos tiempo para estar en el aquí y ahora. Este es el momento de abrazar los rituales que te anclan y te permiten, aún por breves minutos, enlentecer el tiempo un poquito. Puede ser el primer sorbo de café en la mañana, una ducha larga, tiempo extra perezeando en la cama, o incluso unos minutos de gratitud al final del día. Sea como se vea para ti, espero que puedas ubicar alguno de ellos en este fin de semana y la próxima semana también. Abracito extra especial si han sido semanas movilizadoras.

Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. ¿Te parece si iniciamos con la reflexión de hoy?


Hay una frase que he estado repitiendo mucho esta semana: el mundo interno –su ritmo, su tiempo– a veces va desajustado con el mundo externo. Y no creo que sea coincidencia que esto ha estado saliendo más estas últimas semanas del año. Por más que lo leemos hasta el cansancio, que yo le escribo en este newlsetter e intento recordármelo con frecuencia, la presión del "fin de año" siempre se va acercando. Nos vamos acordando de esas metas que queremos cumplir, de esos objetivos por realizar y esas expectativas fijas que en algún momento nos propusimos. Pero, lo que fallamos en ver es que el mundo interno tiene su propio ritmo y su propio tiempo –y con más frecuencia de la que quisiéramos admitir, este ritmo no se iguala al ritmo del mundo externo.

He escrito anteriormente sobre los duelos y mi propuesta para redefinir eso de "superar" una experiencia profundamente movilizadora o un evento. Y, en este tipo de escritos suelo mencionar cómo las emociones, el mundo interno, el dolor y el proceso de sanar, no son lineales. Al contrario: son atemporales, vividos, sentidos, integrados y forman parte de quienes somos.

¿Por qué –entonces– nos ponemos una presión de lo que ya "deberíamos" sentir?

¿Por qué nos auto-imponemos estas reglas rígidas de lo que deberíamos alcanzar, sin prestar mucha atención a cómo nos sentiremos en el camino?

¿Por qué es más prioritario lograr "hitos" que el proceso o el camino que vamos navegando?

¿Por qué nos pesan más los resultados tangibles que el proceso vivido y sentido?
Sí, tengo muchas preguntas.

Recuerdo vívidamente cuando decidí poner este newsletter, y otros espacios digitales,en pausa el año pasado. Estaba convencida que dos semanas serían más que suficientes para descansar, recargar energías e identificar la manera en la que quería seguir apareciendo... pero mi mundo interno tenía otros planes para mí. Y es que es increíblemente ambicioso ponerle una fecha arbitraria (dos semanas) a un montón de procesos emocionales que ocurren a su propio ritmo y tiempo. Y siento que algo muy similar puede pasarnos con el fin de año.

Las emociones, las "olas" que aparecen al navegar el mundo interno, las mareas internas suelen tener su propio ritmo. Y, a veces, por el deseo de llegar "rápidamente" a un lugar –con tiempos y presiones que no necesariamente deben estar ahí– apuramos a nuestro mundo interno, para que procese y "sane" en el tiempo que arbitrariamente hemos elegido que "debe" hacerlo. De esta forma, este sentido de urgencia que suele ser característico del mundo externo durante las fiestas de fin de año, lo vamos extrapolando a nuestro mundo interno, también. Y se nos olvida que eso puede generar tensiones y conflictos emocionales, porque a veces los tiempos emocionales que suponemos no necesariamente embonan con lo que realmente estamos sintiendo.

La representación gráfica del sentido de urgencia del mundo externo con los tiempos emocionales del mundo interno.

Creo que quizás está apareciendo en mí la necesidad de escribir sobre esto hoy para quitarnos un poco de presión: presión sobre lo que "debemos" lograr, presión por lo que "debemos" sentir, y presión sobre lo que "debemos" finalizar antes del 31 de diciembre. Mi propuesta es reemplazar esta presión con un poco de espacio para respirar, para contextualizar, para sentir y permitir –que estas semanas, este mes, este año y lo que venga –sea lo que tenga que ser.

Hay una frase que la poeta Morgan Harper Nichols aparece con frecuencia en sus escritos mensuales: deja que este mes sea lo que vaya a ser. Me voy a permitir a mí misma adaptar esta frase al mensaje de este newsletter: deja que tu mundo interno vaya al ritmo que tenga que ir.

Con las fiestas de fin de año aparece este deseo (persecutorio, a veces) de completar, finalizar, cerrar, terminar, procesar, sanar. ¿Qué pasa si aún no estamos ahí? ¿Qué pasa si aún nos queda tiempo, porque a diferencia del mundo externo, el mundo interno no tiene idea del valor que la sociedad le ha puesto al 31 de diciembre? ¿Qué pasa si estas "tareas" se permean a los primeros días del próximo año? ¿Qué pasa si el mundo interno no conoce de "tiempos" ni "fechas límites", sino más bien "procesos", "experiencias" y "emociones?

La intención de la reflexión de hoy es abrir un espacio para librarnos de la presión que viene amarrada con los fines de año. Quizás, para empezar a restarle importancia al valor que tiene el "31 de diciembre". Quizás, para abrirnos a que hay algunas cosas –principalmente las que tienen que ver con nuestras partes más intrínseca– que no necesitan fechas límites ni tiempos asignados. Quizás, para abrirnos a que la vida vaya tomando la forma que tenga que tomar. Estas fechas están llenas de "deberías", mi deseo para ti es que te puedas despojar de alguno de esos –particularmente cuando hablamos sobre los procesos emocionales de tu mundo interno. Mi deseo es que al hacer esto, podamos regalarnos un poco más de auto-compasión y espacio para sentir y vivir.

Mi gentil recorderis para el día de hoy:

"Está bien no sentirse muy festiva/o. No te pongas presión a ti misma/o, simplemente abraza cada resplandeciente y prometedor momento si y cuando aparezca." - @stacieswift

Si necesitas un epi para seguir pensando y reflexionando sobre el tema:

E061: ¿Se puede sentir más de una emoción a la vez?


Hoy te tengo dos peticiones...

#1

La primera, es que estoy pensando volver a lanzar mi taller virtual de fin de año "en transición", para la segunda semana de enero. Honrando lo que he predicado en el newsletter de hoy, me puedo imaginar que quizás los mundos internos de muchas y muchos no están en el lugar emocional ahora mismo para hacer sentido del año. Entre las fiestas, obligaciones, bullicio –¡es mucho con bastante!

Por esta razón, estoy pensando abrir el espacio nuevamente para cuando haya un poco menos de todo este ruido. Y estoy curiosa de saber si es algo que te interesaría –puedes leer más sobre el mismo aquí. De tener interés, agradezco muchísimo que te anotes en la lista de espera para que seas la primera o el primero en enterarte si decido hacerlo y para cuándo he elegido llevarlo a cabo. ¡Espero que te lo puedas regalar!

#2

La segunda, es que la próxima semana estoy pensando lanzar un "2022 colectivo", específico de la comunidad de Adentro. ¿Qué necesito de ti? Que llenes este breve formulario para poder recopilar, sintetizar y compartir cómo ha sido nuestro 2022. ¡Gracias de antemano!


El secreto de las comidas reconfortantes

Imagino que muchas y muchos tenemos nuestro platillo favorito de las fiestas de fin de año. Ese que quizás era común en nuestra mesa familiar, y que quizás hayamos tratado de replicar y aún no nos sale "a la perfección" pero ahí vamos. Recientemente, me topé con este artículo de The New York Times sobre la ciencia detrás de este y otro tipo de comidas que nos reconfortan profundamente. Mi parte favorita es cómo nuestras relaciones –pasadas y futuras– van transformando los recuerdos asociados a esas comidas.

Full recomendado para reflexionar en la razón detrás de nuestro amor por los tamales. Haz clic abajo para leerlo.

♥️Amorcito que recibe Adentro♥️

Muchas gracias por tu dedicación en cada newsletter.

-Claudia A.

Para escribir en tu journal:

  1. Identifica tres "deberías" que tiene tu mundo interno ahora mismo...
  2. ¿Cómo les puedes ofrecer un respiro, espacio y atemporalidad?
  3. ¿Cómo se siente ofrecerle esto a tu mundo interno?

Y con estos últimos pensamientos me despido por hoy.

¿Qué te pareció este newsletter? ¡Responde a este correo y cuéntame!

Reenvíaselo a alguien que se beneficiaría de recibir un respiro en su mundo interno.

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¡Espero que tengas un lindo fin de semana y que sean unas fiestas de fin de año llenas de mucho amor, presencia y lo que sea que necesites emocionalmente en este momento!

Un abrazo,

Mariana♥️